"Coldplay" publicó ayer su séptimo álbum, "A head full of dreams" ("Una cabeza llena de sueños"), con el que la veterana formación regresa a un sonido enérgico, con toques dance y pop, y ajeno a la melancolía. Además, ha sido elegido para el espectáculo musical del medio tiempo de la Super Bowl 50 de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) del próximo mes de febrero. La agrupación británica, que ha ganado siete premios "Grammy", está encabezada por el vocalista Chris Martin. Los once temas de este trabajo rompen con la solemnidad que destilaba "Ghost Stories" (2014), que cosechó muy buenas críticas pese al acusado cambio de registro operado por la banda, que entonces adoptó un tono profundo e intimista que ahora aparca.