El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su familia encendieron la noche del pasado jueves la iluminación del árbol de Navidad de la Casa Blanca y aprovecharon el tradicional acto para proponer un momento de reflexión por las víctimas del tiroteo ocurrido el miércoles en el Estado de California. Junto a su esposa, sus dos hijas y su suegra, Obama realizó la cuenta atrás para proceder al encendido del árbol nacional de Navidad, en una celebración que contó con las actuaciones de la cantante Aloe Blacc y la banda de rock "Fall Out Boy".

En ese entorno festivo, Obama adoptó una pose más seria para rendir homenaje a las víctimas del mortal tiroteo del miércoles en California y pedir a los estadounidenses que mantengan "un espíritu de unidad" en esta época del año. Las banderas de la Casa Blanca ondearon a media asta por orden del mandatario. "Ésta es la época más maravillosa del año, pero sería negligente no dedicar un momento a recordar a nuestros compañeros americanos cuyos corazones están rotos esta noche. A quienes lloran a sus seres queridos, especialmente en San Bernardino", agregó Obama, en referencia a la masacre que dejó 14 muertos y 21 heridos.

"Su pérdida es nuestra pérdida, porque todos somos una familia americana. Nos miramos el uno al otro en los momentos buenos y en los malos. Y deben saber que todos se preocupan por ellos en esta época", sentenció.