Representantes de grupos de la oposición municipal del Ayuntamiento de Barcelona participaron, el pasado viernes, en la acción reivindicativa convocada por el sindicato Comisiones Obreras contra la instalación del Museo de Woody Allen en la antigua Escuela de Artes y Oficios, también conocida como La Llotja. El sindicato pide a la Generalitat de Cataluña, propietaria del inmueble, y al Ayuntamiento que descarten la idea de destinarlo al proyecto de museo del cineasta, presentado en abril por la productora Mediapro. Su propuesta es que se rehabilite el espacio para volver a ofrecer formación artística.

Según declaró en abril Jaume Roures, propietario de Mediapro, amigo personal de Allen y productor de tres de sus películas, el director de cine "se mostró sorprendido" inicialmente, pero al ver los detalles dio su visto bueno y aplaudió la propuesta. El centro, de tres plantas, ofrecería al visitante un itinerario museístico por un precio "similar al de una entrada de cine".