Las fotografías de tono humano y cotidiano del fotógrafo húngaro nacionalizado español Nicolás Muller (1913-2000), que eligió Asturias para sus vacaciones y sus años de jubilación, se exponen desde ayer y hasta el próximo 17 de abril en el Centro Cultural de Cascais, en las afueras de Lisboa.

Después de pasar por madrid, "Nicolás Muller. Obras-Primas" llega a Portugal de la mano de la Fundación D. Luís I, cuyo presidente, Salvato Teles de Menezes, explicó que se hizo una selección de esa gran exposición de España dando prioridad "a las obras que hizo cuando estuvo en Portugal", la mayoría de la ciudad de Oporto.

Vinculado a Andrín (Llanes) desde su juventud, cuando abandonó su Hungría natal, Muller pasó por Francia y también por Portugal, donde fue detenido por la Policía política y, una vez liberado, se trasladó a Tánger, en Marruecos, país en el que conoció a la que luego sería su esposa, una española con la que se instaló en España, recordó Teles de Menezes. Ya en España, explicó, "introdujo una modalidad de fotografía que entonces no se practicaba, de carácter documental, y con una clara dimensión social", en la que se retratan situaciones cotidianas de las personas comunes.

Aunque el núcleo de la muestra se centra en Portugal y España, también se documenta toda su trayectoria en unas 70 fotografías, en blanco y negro, expuestas cronológicamente entre 1935 y 1981, entre las que se incluyen algunos de sus primeros trabajos en Hungría. De la misma generación del también húngaro Robert Capa (famoso por retratar conflictos bélicos), Muller está considerado uno de los precursores del reportaje fotográfico gracias a sus composiciones teñidas de espontaneidad, de calor humano y de denuncia social.

La exposición, coproducida por la Comunidad de Madrid y el centro cultural La Fábrica, se enmarca en el programa de la Mostra Espanha 2015, una iniciativa que promueve el arte español en el vecino Portugal.