El periodista y escritor cántabro Javier Gómez Santander (Idem, 1983) puede presumir de haber publicado una de las novelas más divertidas, rompedoras y descacharrantes del año pasado: "El crimen del vendedor de tricotosas". En la que tiene una importancia decisiva un viejo amigo de Asturias: el oso "Furaco". Pregunten a la osa "Tola" por él...
-Cuénteme sus vínculos asturianos.
-Soy hijo de un asturiano de Avilés, y de ahí para atrás hay una estirpe de Álvarez que ha navegado en todas las direcciones en las que puede salir un barco desde San Juan.
-¿Qué pinta "Furaco" en su novela?
-"Furaco" simboliza un dilema: ¿soy libre y acepto que voy a pasar frío o escojo el cautiverio, que tiene comida y cama aseguradas, pero es cautiverio? Además de eso, "Furaco" hace otras cosas. Cosas de oso. De oso drogado.
-¿Cómo se documentó para secuestrar al oso en Cabárceno en la ficción?
-Lo hice de memoria, tirando de una visita que hice en el colegio a las instalaciones de Cabárceno antes de que metiesen a los animales. Los cántabros teníamos tantas ganas de verlo que no pudimos esperar a que lo abrieran. Parte es lo que recuerdo de aquello, el resto ha sido escrupulosa y rigurosamente inventado.
-En su novela no parece muy protegido el oso que digamos...
-¿De verdad alguien cree que hay que proteger a un oso como "Furaco"? ¿Es posible, acaso, ponerle un chubasquero al mar Cantábrico?
-Una osa pesa 150 kilos. Un macho normal, 250. "Furaco" pesa 302. ¿Prepotencia cántabra?
-No, es que lo alimentamos con sobaos desde que nació. Sobaos y teta de novicia. Perdón, de novilla.
-Con 22 hijos, ¿se puede hablar de un fenómeno de la naturaleza?
-Sí, pero no es para tanto. Recuerde que San Luis tuvo cien mil. Y muy seguidos, eran todos quintos.
-¿"Furaco" es un galán o una víctima?
-Galán, galán a lo Arturo Fernández, no. Tampoco nos engañemos. Además, lo único que se le ocurriría hacer con unas flores sería comérselas. Víctima, tampoco, porque vive relativamente bien. "Furaco" es un marqués con tierras. No hace gran cosa para vivir, pero tampoco sabe cómo dejar la finca.
-A los defensores de los animales no les gustará mucho que drogue al oso con farlopa en su novela...
-Primero quisieron prohibir los toros y ahora querrán prohibirnos que les demos cocaína a los osos. Entonces, ¿qué nos queda, qué?
-"Furaco" cargándose villanos en plan gore, ¿es nuestro increíble Hulk?
-Sí, pero el nuestro existe. Tiembla, Obama.
-"Furaco" se convierte en el ídolo de todos los españoles tras salvar al país de convertirse en zombi? ¿Solucionaría lo de Cataluña si lo mandamos allí?
-Yo creo que, si ocurriese lo que ocurre en la novela, todos los catalanes se querrían quedar. "Furaco" llenaría el vacío que les dejó "Copito de Nieve".
-¿La historia de amor truncado con "Tola" es el acontecimiento sexual más emblemático del siglo?
-Prefiero no preguntarle qué conductas le han llevado a usted a plantearse algo así con un conato. Sexual, pero conato. No, perdone, es que me lo ha puesto a huevo. Algo así se dice en la novela, sí. El acontecimiento sexual más emblemático del norte de España. Pero eso es lo que hubiera sido si "Tola" o "Paca" hubieran puesto algo de su parte. Lamentablemente, no lo hicieron.
-¿"Tola" era frígida, como dicen en Cantabria, o "Furaco" no dio la talla, como dicen en Asturias?
-Dentro de lo moralmente aceptable, "Furaco" no pudo hacer más. ¡Pero si hasta se llevó a Revilla para que la moza viera que tenía referencias! Pues ni por ésas.
-"Tola" tuvo un pinzamiento en el nervio ciático que preocupó a muchos e incluso se temió la muerte del animal. ¿Cómo se lo tomaría "Furaco"?
-¿Siguen en contacto? "Furaco" diría algo así como: "Ya, la espalda... se te ha quitado el dolor de cabeza y ahora es la espalda. Menos estar conmigo...".
-¿Hay material para hacer "50 sombras de 'Furaco' "?
-Material puede haber, aunque sea inventado. Lo que no creo que haya es tanta perversión.
-Usted que tiene sangre asturiana y cántabra? ¿en qué nos parecemos y en qué nos diferenciamos?
-Ésta es difícil, porque después de tantos años todavía no sé qué narices es un cántabro. Ignorando esto, ¿cómo voy a preguntarme por cómo sois los asturianos? Además, en cuanto pongo un pie en Asturias me atiborráis a sidra, chorizos y alubias. Eso merma enormemente mi capacidad de percepción.
-En su novela no deja títere con cabeza, pero lo de Cataluña parece que le supera en disparates...
-Hombre, allí no tiene pinta de que vaya a haber sangre. Y reírse tampoco se ríen mucho. A mi novela yo soy capaz de verle la coherencia. Espero que ellos también puedan encontrársela a su relato.
-¿Por qué cree que lo llamaron "Furaco"?
-No lo sé, pero al que se le ocurrió fue un genio.
-¿Cómo se mete uno en el pellejo de un oso para contarlo?
-Hibernando. Yo hiberné dos años. Aunque supongo que habrá formas más sencillas de conseguirlo.
