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Asturias no da la talla

El gaitero Iñaki Santianes, que mide 1,97, crea una asociación regional para demostrar que ser alto "no es un privilegio"

Iñaki Santianes, ayer, en Oviedo. IRMA COLLÍN

Iñaki Santianes es gaitero, pero parece un jugador de la NBA. Es un tipo muy alto, mide 1,97 y todo a su alrededor parece diminuto. Pero ser tan grande como una columna tiene sus inconvenientes. Además, muchos, dice el ovetense. Para empezar, nunca encuentra ropa, tiene que hacerla a medida o comprarla por Internet, después de emplear toda una tarde en la búsqueda. Segundo, tiene que sacar las piernas al pasillo cuando viaja en autobús o en avión. Tercero, tiene que agacharse cada vez que entra por una puerta o recorre un establecimiento con el techo más bajo de lo normal. "Como éstos, puedo poner tropecientos ejemplos más", asegura. Por eso, Santianes y un grupo de amigos han decidido crear la Asociación de Personas Altas de Asturias, la primera de esta magnitud en España.

"Pretendemos sensibilizar a la gente de que ser alto no es un privilegio. Todos los días nos encontramos con multitud de dificultades que a partir de ahora denunciaremos", explica Iñaki Santianes, de 33 años y profesor de Música en varios colegios de Salas, Cornellana y Belmonte de Miranda. Según datos de la Encuesta de Salud 2013-2014, los asturianos son ahora 2 centímetros más altos que hace 10 años. La altura media es de 1,67, y el peso, de 72,7 kilogramos. Como es lógico, hay diferencias sustanciales entre sexos. La estatura media de los varones adultos es de 1,73, frente a los 1,61 de las mujeres. Además, la talla tiene una relación inversa a la edad: los asturianos (ellos y ellas) que están entre los 15 y los 29 años tienen una estatura media de 1,70, frente a los 1,63 de las personas mayores (65 años o más).

"Queremos formar un grupo grande para poder hacer una mayor presión a las compañías. Cada generación es más alta y no lo tienen en cuenta", afirma. El ovetense está harto de viajar en avión y tener que pagar más por sentarse junto a la salida de emergencia. "En los asientos normales no entro, pego con las rodillas en los respaldos. Las empresas cada vez tienden más a reducir los espacios y nosotros lo que necesitamos es más espacio", añade.

La asociación, que está ahora en formación, aspira a reunir a los altos del Principado, pero también a los bajos que estén sensibilizados con sus problemas. Cuantos más, mejor. El objetivo es hacer visible las pesadillas del alto. "Nunca encuentro un pantalón de mi largo. Normalmente, el que es más largo es también más ancho. Nadie nos tiene en cuenta. Igual que cuando vamos a un hotel y nos encontramos que la mayoría de las camas son de 1,90. O cuando subimos a un autobús y las barras para agarrarse nos quedan bajas", se queja Santianes. Asturias no da la talla.

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