Joaquín Sabina saca "Garagatos", dos tomos de dibujos encajados en madera lacada, a 2.100 euros. Un objeto de arte inobjetable porque el arte no se objeta y porque el mercado funciona así. El cantautor dice que pinta porque no le salen las canciones y porque los médicos y los selfies le echaron de los bares. Las canciones no salen y no salen... el silencio forma parte de la música. A Sabina, a quien tanto admiro, le salen "Garagatos" cuando se esperan de él "Garabaciones" o "felinaciones" si no salen "canciones" (si se me permite seguir el sabineo). En el parque del retiro de su casa y pese al óxido de su salud de hierro, Sabina secreta y publica dibujos que le crecen como mechones de pelo para ebay porque en el mercado de la fama no todo son selfies gratuitos en los bares.