En el que puede considerarse su trabajo más abstracto, Alberto García-Alix (León, 1956) construye en la exposición "Un horizonte falso" una narración en la que realidad y ficción se entremezclan a través de la ambigüedad de la fotografía.

El relato de la muestra, hasta el 10 de abril en La Principal de Tabacalera, en Madrid, nació con motivo de su título, "Un horizonte falso", ya que Jean-Luc Monterosso, director de la Maison Européenne de la Photographie (MEP) de París, le propuso organizar una exposición y le preguntó sobre el título de la misma. "Me vino a la cabeza lo del 'horizonte falso' y a partir de ese momento me sentí encadenado durante más de tres años a construir una narrativa en torno a ese horizonte falso". Las más de ochenta imágenes que forman la exposición le han permitido construir ese discurso, en el que las personas siguen siendo protagonistas, aunque en menor intensidad.

Animales, paisajes urbanos, naturalezas abstractas, retratos y autorretratos van tomando su espacio en un recorrido con "muchas reverberaciones", en el que también se encuentra un vídeo de nueva producción.