Bajo la canción "La senda del tiempo", Jesús Cifuentes, la voz de "Celtas Cortos", dejó muy claro, sobre todo y por encima de todo, la filosofía con la que nació el grupo vallisoletano. Cifu inauguró ayer, en el Paraninfo de la Universidad de Oviedo, el ciclo "La memoria de las canciones". Introdujo el acto Javier García Rodríguez, director de la Cátedra Leonard Cohen, organizadora del acto, y Elena Vares, del departamento de Filología, hizo la presentación del músico con un detallado recorrido por la carrera de la banda de Pucela.

Cifuentes enlazó con esa historia del grupo, pero con los matices que sólo se conocen desde dentro, como su activismo, nacido en el barrio de las Delicias de Valladolid, donde conectaron la clase obrera, las gentes llegadas del campo y algunos curas de la Teoría de la Liberación.

El cantante describió su compromiso y denunció cómo van las cosas ahora y antes. Para trasladar la idea, nada mejor que la música, que "es un desarrollo del pensamiento. A nosotros nos dio problemas porque nos consideraban subversivos, pero la música está ahí para despertar el pensamiento", apuntó el cantante, que añadió que con ese pensamiento social y pacifista que nació el grupo ya "no hubo marcha atrás respecto al convencimiento de nuestras posiciones. Hay que subir al escenario a pasar un buen rato, a bailar y hacer el ganso, pero también hay que estar ahí desde la reflexión".

Otra pata del compromiso de "Celtas Cortos" es la música tradicional y su conexión con la tierra.

Contó Cifuentes que "La senda del tiempo" nació casi a la par que el proceso iniciático de su activismo: "Era la primera legislatura de Felipe González. Yo voté no a la OTAN y fue el primer fiasco". Lo que le sirvió para explicar a los asistentes, que llenaron el Paraninfo, que "aquello fue un fraude y hace que te vayas esculpiendo para componer porque el hecho creativo es natural y parte de la toma de conciencia", dijo el músico en su intervención, antes de interpretar la canción acompañado de una niña a la flauta.