El Papa inició ayer un viaje de siete días a México, tras una escala en La Habana en la que protagonizó un encuentro histórico. Francisco se reunió con el patriarca Cirilo de Moscú y toda Rusia, máximo representante de la Iglesia ortodoxa rusa, tras casi 1.000 años de distanciamiento. El encuentro podría abrir la puerta a un viaje del Pontífice a Rusia. En el avión, el Papa se puso un sombrero mexicano regalo de un periodista.