Una fotografía de un bebé refugiado tomada el año pasado en la frontera serbo-húngara por el fotógrafo australiano Warren Richardson y que escenifica el drama de los refugiados en Europa ganó el "World Press Photo", la máxima distinción del fotoperiodismo mundial.

"La esperanza de una nueva vida, 8 de agosto, frontera Serbia-Hungría", es la instantánea galardonada, una imagen en blanco y negro tomada en 2015 y que capta a unos refugiados pasando a un bebé a través del alambre de espino de la frontera serbo-húngara.

Richardson contó que estuvo varios días viajando a través de la frontera entre Serbia y Hungría. "Yo estaba en el lado serbio, donde casi no había Policía, apenas un coche y no estaba haciendo nada, pero los refugiados podían encontrarse con los guardias fronterizos en el lado húngaro", dijo. "Durante esos días estaban terminando de colocar la valla y cada vez venía más y más gente, algunos en pánico", señaló, y explicó que la foto está tomada de noche y no podía hacerla con flash. "Si lo hubiera hecho, la Policía habría venido", afirmó.

En la fotografía, la Luna ilumina tanto el rostro de la persona que toma al bebé en sus manos como la cara del niño, que apenas está cubierto con una pequeña manta. El hombre está en el lado húngaro de la frontera medio agachado y con cara de agotamiento.

En el lado serbio de la frontera, unas manos sujetan a la criatura y la pasan a través de un agujero hecho en el alambre de espino.

A pesar de la fuerza de la instantánea, en un primer momento Richardson no vio a la criatura. "Me di cuenta de que había un bebé en la foto 4 o 6 días después, cuando la vi en el ordenador a mi vuelta en Budapest", relató. Richardson aseguró que la mayoría de refugiados que se encontró hablaba bien inglés y tenía un único objetivo: llegar a Alemania. La fotografía ganadora no fue publicada en su momento porque ningún medio quiso comprársela este verano.