La estación de metro diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava en el World Trade Center (WTC) de Nueva York abre parcialmente al público el próximo jueves, rodeada de polémica y sin inauguración oficial. El coste final del proyecto, que conecta la red de transporte con el World Trade Center, ha alcanzado los 4.000 millones de dólares, el doble del presupuesto inicial. La Autoridad del Puerto de Nueva York y Nueva Jersey (PATH), agencia que gestiona el proyecto del arquitecto español, explicó que la ceremonia de apertura del denominado Oculus se celebrará en la primavera, una vez las instalaciones estén completamente operativas y todos los accesos de metro funcionen.

La posibilidad de que se celebrase una inauguración de la estación esta semana ha estado cargada de polémica a causa del elevado coste económico final y del abstracto diseño curvado del edificio, que contrasta con los altos y rectos rascacielos de la zona financiera del sur de Nueva York.

El luminoso recinto, inspirado en la histórica estación de Grand Central, destaca por contar con amplios escenarios y niveles y una gran cúpula hecha de blancas vigas de acero que se elevan del edificio hacia el cielo creando una forma parecida a las alas de un ave a punto de emprender el vuelo.