El virtuosismo de uno de los mejores pianistas del mundo, el chino Lang Lang, conquistó ayer a los tiburones del Oceanogràfic de Valencia, en vísperas del concierto que ofrecerá hoy, a las ocho de la tarde, en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. Están vendidas todas localidades, 2.040, récord absoluto del coliseo carbayón para las Jornadas de Piano "Luis G. Iberni" que, con patrocinio de LA NUEVA ESPAÑA, enmarcan la cita. El programa que interpreta hoy en Oviedo incluye "Estaciones", de Chaikovski; "Concierto italiano", de Bach, y cuatro scherzos de Chopin.

"Esto es increíble, espero poder volver y tocar el piano con los peces y los tiburones", confesó el pianista chino, quien de niño había imaginado poder tocar frente a paisajes bonitos y ayer su sueño se hizo realidad ante esa "maravillosa audiencia".

Para ello, se instaló en el túnel de los tiburones, de 35 metros de largo, de uno de los acuarios más grandes del mundo un gran piano de cola Steinway, de 2,74 metros, similar al que hoy le servirá para hacer música y magia en el auditorio de Oviedo.

Rodeado de 7.000 metros cúbicos de agua por los que deambulaban tiburones grises, rayas, tiburones toro y peces guitarra, entre otras especies propias de mar abierto, Lang Lang inició su particular homenaje a los peces con el "Liebestraum" de Franz Liszt, obra que le ha inspirado este singular escenario.

El célebre y mediático músico tocó además por primera vez en público una pieza de la banda sonora original de "Los odiosos ocho", la última película de Quentin Tarantino, que le ha valido a Morricone su primer premio "Oscar" por un trabajo de composición.

Lang Lang interpretó la obra con una sonrisa en los labios, mientras seguía con la mirada e incluso con la mano a los escualos, que en algunos momentos se quedaron detenidos sobre su cabeza, como si estuvieran escuchando a la gran estrella. El broche final fue una obra china, "Coral dance", porque Lang Lang siempre hace un guiño a su país natal y se considera embajador de la China moderna.