Un equipo de científicos de Estados Unidos ha descubierto que las superficies oscuras de Mercurio no se deben a la presencia de hierro, como en el caso de la Luna, sino que están compuestas de un material rico en carbono procedente del interior del planeta. De acuerdo con este estudio, que publica "Nature Geoscience", estas áreas ennegrecidas contendrían restos de una antigua corteza primigenia de carbono, que se habría formado con la cristalización de grafito durante un océano de magma. Los vestigios de ese grafito habrían reaparecido posteriormente en la superficie del planeta más próximo al Sol, procedentes de sus estratos interiores, mezclándose con los diferentes elementos de la corteza actual.