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ÁLVARO URQUIJO | Líder de "Los Secretos", grupo que estará en el teatro Jovellanos el 8 de abril

"Sin el amor a la música no superas los varapalos, las muertes, cambios y crisis"

"No es que 'Los Secretos" sea especial, sino que en España los grupos han aguantado poco los malos momentos o los subidones de la fama"

Álvaro Urquijo, en un concierto en Asturias. MIKI LÓPEZ

Asegura que es un enamorado de Asturias, a la que volverá el próximo 8 de abril al frente de su banda de toda la vida, "Los Secretos", uno de los últimos iconos en activo de la eclosión cultural que supuso la Movida. Álvaro Urquijo (Madrid, 1962), historia viva del pop-rock español, habla de ese próximo concierto en el gijonés teatro Jovellanos y de su acendrada pasión por la música.

-¿Qué ofrecerán en esa actuación gijonesa?

-Tenemos alguna ventaja: somos un grupo que lleva muchos años y que sigue disfrutando de lo que hace. Y eso es lo que entregamos al público.

-¿Disfrutar es la condición para poder seguir?

-Sin duda. Si estás en un grupo y tus aspiraciones tienen más que ver con el ego, con el postureo o con cuestiones comerciales, pues no se sostiene en el tiempo. El amor a la música es lo que te da capacidad de adaptación. Sin ese amor no superas los varapalos, la muerte de amigos y hermanos, las crisis tecnológicas, de formatos, económicas. Lo normal es que más grupos como "Los Secretos" hubieran quedado desde la época de la Movida, aunque no ha sido así.

- ¿Prefiere ya los teatros, los recintos más sosegados que los conciertos más abiertos?

-Según. Ver a mucha gente enardecida y disfrutando impresiona, tu estómago tirita. Ahora bien, me gustan mucho los teatros y auditorios porque puedo hacer un repertorio más acústico, con más matices, donde cada instrumento tiene su peso. Si lo llevas a un gran pabellón, el primero que sufre soy yo, claro, porque la gente pide más marcha. El sitio determina el tipo de espectáculo.

-En el el último trabajo, "Algo prestado", han optado por versiones de autores que les gustan. ¿Por qué ese recurso y no canciones originales?

-Un grupo que tiene una carrera dilatada, como es nuestro caso, se puede permitir un álbum de este tipo. En mi discoteca tengo un montón de discos que son versiones. Para mí es un ejercicio muy sano: ponerte en la piel de otro y ser fiel a tu estilo. Hay, además, otra razón. La idea es hacer un disco con canciones nuevas. ¿Qué pasaba en España hace tres o cuatro años? En 2011, con "En este mundo raro" hicimos los deberes. Y se vendieron seis mil copias, cuando antes eran ciento sesenta mil. No hubo televisión. Todo eso me rebotó muchísimo, me enfadé con el mundo. Luego vino el PP y la subida brutal del IVA. Aunque nos adaptamos a la crisis por el cariño del público, todo aquello me afectó. El caso es que lo que compuse en esa época casi parecía canción protesta. No nos gustaba mucho, porque era un estado de ánimo y no me veía reflejado, así que decidimos hacer este disco de versiones que es también un homenaje a la canción en estado puro, alguna con cien años. Y es que la canción, si está bien hecha, no tiene edad. Es un disco por todo lo alto, que no ha dejado indiferente a la gente.

- ¿"Los Secretos" es ya un grupo con un público intergeneracional?

-Creo que sí, pero no porque nos consideremos una banda especialmente distinta. Somos un grupo normal. Si vamos a Estados Unidos, Inglaterra, Francia o Alemania, veremos que hay grupos que llevan un montón de años y no pasa nada. No quiero compararme, por Dios, con gente como los "Rolling", pero es un ejemplo que sirve. Lo raro es que en España no existan muchos casos como "Los Secretos". No somos especiales, lo que pasa que aquí los grupos han aguantado poco en los malos momentos o en los subidones de fama.

-En ese sentido, ¿qué singulariza a "Los Secretos"?

-Bueno, la gente nos relaciona con un cierto estilo, con un timbre, una forma de hacer que reconoce rápido. Nos hemos pasado la vida luchando contra la decisión de dividir los discos en singles. Hemos querido que el single no se decidiera nunca antes de concluir todo el disco. Pretendíamos tener muchas canciones buenas para confundir a las discográficas. No componemos según la difusión. A lo mejor, lo que nos hace especiales, por responder directamente a la pregunta, es que siempre hemos sido muy perfeccionistas. Estar orgulloso de lo que haces es una garantía para que la gente que escuchará esos trabajos, quede también satisfecha. El gusto musical es libre, pero, tal y como van las cosas ahora, sacas una canción y a los dos meses ya es antigua para algunas generaciones.

-Va todo muy rápido...

-Demasiado rápido. Ocurre en todos los países, sólo que, además del consumo inmediato, fuera hay una gran reserva de energía como para parar imperio, por así decir. Aquí, sin embargo, grupos como "Los Secretos" y otros, pues nos vemos un poco solos. ¿Qué ha pasado con aquello tan bonito que empezamos en los años ochenta y que costó tanto construir? Fue todo a base de horas, de viajar por carreteras infames, de emplear lo que ganabas en material para poder competir con los mejores grupos... ¿Dónde ha quedado aquella lucha de los ochenta y de parte de los noventa? Es un poco triste.

-Álvaro Urquijo aprendió a reinventarse después de la muerte de sus hermanos y de otros componentes del grupo. ¿Cómo se sale adelante?

-No es una cuestión de reinventarse. A mí me gustan los artistas que no involucionan. Nosotros tenemos una mentalidad muy seria y respetuosa a la hora de ponernos a componer; nunca hacemos nada que no nos guste para que tampoco haya nada que no guste al público.

-De todas las canciones de "Los Secretos", ¿cuál es su preferida?

-Cuando me hacen esta pregunta, suelo responder siempre lo mismo: depende de cómo me pilles. A la hora de componer me influye el gusto personal, claro. Valoro más lo que la gente ha hecho por nuestras canciones.

-¿Cómo ve el futuro de "Los Secretos?

-Muy divertido. Tenemos un viaje a América por delante, además de discos por hacer. Sabemos cada vez más de nosotros mismos, lo que nos hace más coherentes. Y tenemos, además, mucha experiencia para sacar nuevas motivaciones.

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