La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Asturias, ajena a la moda islámica

Las grandes marcas no ofrecen sus colecciones para musulmanas, que compran en tiendas árabes u otros comercios

Mariah Idrissi, imagen de campaña de H&M. H&M

Las mujeres musulmanas gastaron en moda en 2013 la friolera de 266.000 millones de euros, por lo que no debería resultar extraño que las grandes marcas hayan puesto en el mercado colecciones especialmente destinadas a aprovechar ese nicho de beneficio. La última de ellas es la marca sueca H&M, que incluso ha recurrido a una londinense de origen marroquí, Mariah Idrissi, para captar clientas musulmanas. Pero no sólo H&M. También Dolce & Gabbana, Marks & Spencer o DKNY ofertan prendas que responden al ideal de moda femenina musulmana: prendas cómodas y sencillas que desdibujan las líneas del cuerpo y en las que no faltan elementos propios de esa religión, como el "hijab", la cobertura de la cabeza por medio de un pañuelo u otra prenda. La moda islámica cuenta con blogs con numerosas seguidoras, como Hipster Hijabis, donde se pueden tomar ideas para ir a la moda, eso sí, siempre dentro de los cánones religiosos. El caso es que estas colecciones especialmente destinadas a musulmanas han despertado fuertes críticas en la laica Francia. Connontadas feministas, como la ministra de los Derechos de las Mujeres, Laurence Rossignol, han llegado a afirmar que las grandes marcas, en su búsqueda del beneficio económico, están olvidando su responsabilidad social y "promocionan el encierro del cuerpo de las mujeres".

Asturias vive un poco al margen de estas polémicas. Las tiendas de las grandes marcas como H&M no ofrecen -aún- ese tipo de prendas, quizá porque no han observado una especial demanda para ellas. Ayer, por poner un ejemplo, en el H&M de la calle Uría de Oviedo podían verse prendas de la colección "Coachella", que se inspiran en el festival tirando a "hippie" que se celebra todos los años en Indio (California), pero ninguna de su línea islámica. No obstante, algunas de las prendas que se ofertaban podrían ser llevadas perfectamente por mujeres musulmanas.

Como indica el doctor Yahya Zanabili, líder de la comunidad musulmana en Asturias, "las mujeres musulmanas se visten donde las demás, en los comercios y grandes almacenes, allí donde encuentren prendas que les gusten y sean acordes a los criterios del sentido común". El tipo de vestimenta musulmana tiene pocas reglas: debe tapar la cabeza, para lo que vale cualquier pañuelo, y no debe dejar al descubierto las rodillas. "Ha de ser lo más cómoda y sencilla. Por lo demás, no hay ninguna preferencia, aunque para los musulmanes la ropa es para lo que es, no para ostentar, para enseñar modelo", indica este médico sirio. Zanabili ve un poco exagerada la reacción de las feministas y no tiene inconveniente en que las grandes marcas traten de ganarse el segmento de las musulmanas, siempre que se guarde el decoro. "Ellos quieren vender", señala.

En barrios como el de Pumarín en Oviedo no es extraño encontrar a mujeres que visten el atuendo tradicional del Magreb u otras zonas africanas o asiáticas. Este tipo de trajes sólo se consiguen en tiendas árabes, como la de Adam Zouhair Erkiouak, que regenta una carnicería halal. "Ahora tengo muy poco, pero sí que hay una demanda de prendas artesanas. Me las piden y espero a que baje alguien para traer género. Soy el único que vende este tipo de producto en Oviedo, y se vende bastante bien", señala. A este comerciante marroquí no le parece mal que las grandes marcas ofrezcan ropa para musulmanas. "Hombre, ellas tendrán que ir también a la moda", indica. Las aguas revueltas de Francia respecto a la moda islámica no han llegado aún a Asturias.

Compartir el artículo

stats