De coto de caza imperial reservado a la élite a ser uno de los primeros parques públicos en Europa. El Prater de Viena cumple ahora 250 años como un lugar de descanso, diversión y deporte donde las clases sociales se difuminan. Lo que había sido un bosque primitivo y luego un coto de caza se transformó en parque para todos gracias a un decreto del 7 de abril de 1766 del emperador José II, un absolutista bastante liberal para la época y con tendencia a tener gestos hacia el pueblo. Con una superficie aproximada de seis kilómetros cuadrados, el Prater (del latín "pratum", prado) acoge una enorme zona verde, un parque de atracciones, un planetario e instalaciones deportivas, entre ellas una gran piscina pública y el estadio Ernst Happel, donde en 2008 España ganó la final de la Eurocopa. Una exposición en el Museo de Viena conmemora este aniversario con un recorrido por su cronología a través de estampas costumbristas de la época.