Chris Hemsworth está feliz con su vida y su profesión y se le nota. A sus 32 años encadena películas de éxito y asegura estar encantado con todas las oportunidades que ha tenido en su carrera. "No cambiaría ninguna de ellas", asegura antes del estreno, hoy, de "El cazador y la reina de hielo", precuela de "Blancanieves y la leyenda del cazador" en la que Blancanieves no aparece.

No le importa que le reconozcan principalmente por Thor y se considera "afortunado por las diferentes historias" que ha podido interpretar.

"El desafío es hacer cosas diferentes aunque sea el mismo personaje y no quedarte estancado en una única cosa", asegura sonriente este actor australiano que no tiene problema alguno en reconocer que su castellano es muy malo, pese a estar casado con la actriz española Elsa Pataki. "Puedo entender bien más de lo que puedo hablar, pero es muy poco, es incluso embarazoso. Cada vez que voy a España, mi mujer me dice: 'no repitas todo el tiempo las únicas tres cosas que sabes decir'", afirma entre risas. Cercano, tremendamente normal, en vaqueros y camiseta y lejos de la musculación excesiva que luce cuando interpreta a Thor, Hemsworth encandila a todos los periodistas en el set montado en un hotel de Hamburgo (Alemania) para promocionar "Las crónicas de Blancanieves: el cazador y la reina del hielo". Reconoce haber estado intimidado por estar a la altura de las tres actrices con las que comparte protagonismo en este filme -Charlize Theron, Emily Blunt y Jessica Chastain-, pero con buenos recuerdos de un rodaje que se convirtió en una especie de "enorme guardería". "Estaban los hijos de todos en el plató todo el tiempo, corriendo y persiguiéndose con objetos del decorado como si fueran armas", cuenta este actor que acepta un papel cuando encuentra en él "algo desafiante", algo que le permita meterse de lleno en el personaje y amar la historia, aunque también considera importante la gente con la que vaya a trabajar, el director, los actores o actrices.