Mel Gibson se paseó y se fotografió ayer en Cannes e incluso se marcó un baile con la joven actriz Erin Moriarty, con quien coprotagoniza "Blood Father", un thriller presentado fuera de competición en el Festival.

Gibson fue la estrella del photocall de la película, que se estrenó por la noche, y en la que interpreta a un padre que protege a su hija de la banda de narcotraficantes y asesinos que la persigue.

Con chaqueta azul clara, gafas de sol y una poblada barba, el actor no dudó en bailar ante los fotógrafos con la joven Moriarty, que le acompaña en este filme, dirigido por el francés Jean François Richet.

Gibson se mostró muy sonriente y bromista con los fotógrafos en su regreso a Cannes cinco años después de presentar en el festival, también fuera de competición, "The Beaver" ("El castor"), dirigida por Jodie Foster.

Y mientras el actor mostraba su show, las quinielas se reparten entre críticos y espectadores para averiguar quién se llevará la "Palma de Oro".

Tras el brillante cierre de la competición de Cannes con "Elle", de Paul Verhoeven, y "Forushande", de Asghar Farhadi, ya sólo queda por saber quién se llevará hoy el máximo galardón. Las favoritas son la alemana "Toni Erdmann" y la estadounidense "Paterson".

El agridulce retrato de las relaciones entre un padre y su hija que cuenta la alemana Maren Ade se situó desde su proyección como la favorita de esta 69.ª edición del festival y, de cumplirse los pronósticos, sería la segunda mujer en la historia de Cannes en hacerse con la "Palma", que sólo tiene la neozelandesa Jane Campion, por "El piano" (1993).

Pero también ha suscitado unanimidad la poesía cinematográfica de Jim Jarmusch en "Paterson", una película en la que la cámara deja pasar la vida de una pareja delante de su lente sin tomar partido. Junto a esos dos títulos, "Bacalaureat", la historia social y moral del rumano Cristian Mungiu, es otra de las películas más nombradas a pocas horas de que el jurado presidido por George Miller anuncie el palmarés.

Y en el último momento se ha unido a las favoritas la inteligente y polémica "Elle", con la que el veterano Paul Verhoeven cerró ayer la proyección de las veintiuna películas incluidas en la competición oficial.

Pero la decisión corresponde a un jurado y las especulaciones casi nunca aciertan en un festival en el que suele haber más de una sorpresa en el palmarés.

En ese sorteo de premios podrían entrar el canadiense Xavier Dolan, con "Juste la fin du monde", una película opresiva que ha gustado tanto como ha dividido, o la segunda rumana en liza, "Sieranevada", de Cristi Puiu.

También se espera algún premio para el realismo de Farhadi, que ha vuelto a demostrar con "Forushande" su certera forma de retratar la vida cotidiana en su Irán natal. "Julieta", de Pedro Almodóvar, aparece en las quinielas, pero principalmente por la deuda moral que el festival tiene con uno de sus cineastas preferidos, pero al que nunca ha dado una "Palma de Oro".

Mientras que para la brasileña "Aquarius", de Kleber Mendonça Filho, sus mejores opciones están en su fantástica protagonista, Sonia Braga.

El problema para Sonia Braga es que en esta edición los mejores papeles y también las mejores interpretaciones han sido de las mujeres, así que tendrá una fuerte competencia con la francesa Isabelle Huppert, por la película "Elle", y con la británica Hayley Squires, por "I, Daniel Blake", entre otras.

En el lado masculino han brillado Adam Driver, "Paterson"; Adrian Titieni, el padre desesperado de la película de Mungiu, o Gaspar Ulliel, el hijo pródigo que vuelve a casa en el filme "Juste la fin du monde".