Las vidas de las estrellas del cine y la canción, que siempre parecen idílicas en las revistas y los programas "rosa", están marcadas en ocasiones por dramáticas circunstancias personales. Y es que el éxito en las pantallas no garantiza ni la felicidad personal ni una vida conyugal sana. La controvertida separación de Amber Heard y Johnny Depp, con acusaciones de maltrato hacia el protagonista de "Piratas del Caribe", ha sido la última muestra.

En el caso de la separación Heard-Depp, los malos tratos no han sido probados y, de hecho, han generado una fuerte corriente de defensa en torno al actor, respaldado públicamente tanto por su hija como por su exmujer, la también actriz y cantante Vanessa Paradís. Pero en otros casos, los malos tratos sí que han sido probados y, en ocasiones, incluso han terminado con un procesamiento.

Del Hollywood clásico, la tormentosa historia de amor entre Richard Burton y Elisabeth Taylor ha alimentado todo tipo de leyendas. Dos veces casados (y otras tantas divorciados), los dos astros tenían frecuentes peleas, en las que llegaban a las manos. En puridad, no obstante, no se puede hablar de malos tratos, ya que la Taylor no se arrugaba ante su marido.

Otro caso que tiene mucho de leyenda negra es el del matrimonio entre Sean Penn y Madonna. La pareja se divorció en 1989, tras apenas cuatro años de matrimonio y en medio de fuertes sospechas sobre unos supuestos malos tratos por parte del actor, de volcánico carácter y que en 1987 había pasado 33 días en la cárcel por agredir a un paparazzi. La pareja, no obstante, tiene hoy una estrecha relación y, recientemente, Madonna negó esos supuestos maltratos.

Donde sí hubo un maltrato manifiesto y evidente fue en la relación, personal y profesional, de Ike y Tina Turner. Tras dos décadas de fructífera carrera juntos, los excesos de Ike con la cocaína y su creciente envidia ante la mayor popularidad de su esposa comenzaron a minar el matrimonio. En julio de 1976, Ike dio una brutal paliza a su esposa en un hotel de Dallas, lo que derivó en su divorcio en medio de un gran escándalo.

Tina Turner logró reactivar su carrera, liberada ya del lastre de Ike, e incluso rehizo su vida con el productor musical Erwin Bach. Kelly LeBrock no tuvo tanta fortaleza. Situémonos: estamos en la década de 1980 y LeBrock es un icono sexual tras protagonizar "La mujer de rojo" (1984). Por aquellos años, conoció a un experto en artes marciales que trabajó como ella para guardaespaldas: Steven Seagal. Hasta aquí, la trama parece digna de un "blockbuster" romántico (de hecho lo es). Pero una vez que ambos contrajeron matrimonio, en 1987, el aspirante a "madelman" obligó a su esposa a aparcar paulatinamente su carrera para cuidar de sus tres hijos. El maltrato psicológico y físico al que la sometió Seagal provocó que, tras su divorcio en 1996, LeBrock abandonase cualquier pretensión de actuar y se refugiase en el campo.

Precisamente, la protagonista de "El guardaespaldas", Withney Huston, fue víctima de malos tratos durante su matrimonio con Bobby Brown. Bajo la influencia de Brown, la cantante se inició en el mundo de las drogas y comenzó una espiral autodestructiva que acabó con su carrera. Huston falleció en 2012, a los 48 años.

Sin salirnos del mundo de la música, la cantante Rihanna también fue víctima de malos tratos durante su convulsa relación con el rapero Chris Brown. En la víspera de la entrega de los Grammy de 2009, Brown propinó una brutal paliza a Rihanna. Las fotografías con el rostro de la cantante, hinchado y lleno de moretones tras los golpes de su pareja, dieron la vuelta al mundo. El rapero fue condenado a cinco años de libertado provisional.

También acabó en condena la relación entre Pamela Anderson y Tommy Lee. Protagonistas del vídeo casero más famoso de la historia, la neumática actriz y el rockero se divorciaron en 1998, apenas tres años después de casarse y después de que la actriz denunciase a su marido por malos tratos. Lee fue condenado a seis meses de prisión.