El Papa celebró la audiencia general del miércoles con catorce refugiados sentados en el palco a su alrededor y ha advertido a los presentes de que "el cristiano no excluye a nadie" sino que hace sitio para todos. "Hoy me acompañan aquí estos chicos. Muchos piensan sobre ellos que es mejor que se hubieran quedado en su tierra. Pero allí sufrían mucho. Son nuestros refugiados, pero muchos los consideran excluidos. Por favor, ¡Son nuestros hermanos!", dijo el Papa. Tras realizar el tradicional recorrido en papa-móvil, el Pontífice se reunió con este grupo de refugiados procedentes de África que llevaban una pancarta en la que podía leerse "Los refugiados, por un futuro juntos". Al encontrarse lanzaron gritos de "Papa, Papa". Francisco se unió a ellos e hizo subir al palco a este grupo de refugiados.