La líder del movimiento feminista Femen, la asturiana Lara Alcázar, manifestó ayer que lo que pretendía al irrumpir en una manifestación contra el aborto el pasado 17 de noviembre era llevar a cabo una protesta pacífica para reivindicar el derecho de las mujeres a decidir sobre la interrupción del embarazo y en ningún momento provocar una acción violenta. Así se ha expresado Alcázar en su declaración ante la magistrada del Juzgado de lo penal 19 de Madrid, que la juzga a ella y otras cuatro miembros del colectivo por irrumpir en dicha marcha con el torso descubierto. La líder del movimiento, que ha respondido sólo a las preguntas de su defensa, ha hecho hincapié en que pretendían que la protesta fuera pacífica, tal y como ha definido al colectivo que lidera. La Fiscalía ha elevado a definitiva su petición de nueve meses de prisión y una multa de 1.800 euros.