Javier BLANCO

De Jorge Pardo hay que resumir muy mucho el currículum para no salirse del folio. Así pues recuérdese que ha trabajado con Camarón, Paco de Lucía y Chick Corea, por reducirlo a la mínima expresión. Pero también ha sido pionero de casi todo, empezando por "Dolores", grupo que aún evocaba Pedro Ruy-Blas en este periódico en su visita a Festival de Bueño. Pardo ocupa el cartel del programa doble de hoy (21 horas) en el Festival de Jazz de Oviedo junto a Isaac Turienzo.

"Haré parte de mi trabajo 'Huellas', un doble disco que publiqué hace casi cuatro años. Estamos haciendo un poco ese repertorio, con muchos temas inspirados en melodías flamencas, con ese espíritu de improvisación y de apertura para instrumentos", cuenta Pardo a LA NUEVA ESPAÑA sobre el concierto del Campoamor.

El saxofonista aclara su género o géneros: "No quiero aguantar banderas o estilos. He tocado con muchos de jazz. Conozco el repertorio de los estándares, pero nunca he sido una jazzista de pura cepa. Siempre estuve mirando, con el conocimiento del jazz, a otros lados", apunta. Y matiza: "El flamenco me viene de una relación superdirecta con muchos de sus grandes intérpretes y se ha convertido en fuente de mi pensamiento principal, pero tampoco soy un flamenco al uso, con lo cual digamos que soy un flamenco raro. Todo esto para decir que me considero un músico a secas".

Pardo, más que definir o situar músicas, prefiere que cada cual sienta la música a su manera, "igual que cada uno la expresamos a nuestra manera; pero sí es cierto que me suele producir orgullo cuando la gente me felicita por haber tenido un rato increíble, que no eso de qué bien tocas; es el compendio de todo. Es lo más cercano al trance, desaparece el sentido del tiempo. Eso para mí es de lo más certero que hay puesto que a mí me pasa algo parecido", puntualiza.

Echando un vistazo atrás evoca a "Dolores", aquel grupo de fusión nacido en España en los setenta: "No es que lo recuerde, es como si siguiera vivo en mí. Por así decirlo, fue esencial en esos años tan importantes en la vida de las personas. Para mí esas consignas que había en esa época están muy vigentes. De hecho llevo a 'Dolores' continuamente en todos los discos que hago".

La sesión está prevista con la apertura de Isaac Turienzo. El pianista asturiano tiene muy buena relación con Jorge Pardo, y ambos han dejado entrever que alguna pieza conjunta caerá a lo largo de la sesión. Turienzo va a hacer versiones de temas, algunas muy "latin", explica el pianista asturiano. Pero, añade, también "temas propios como la "Balada para Tete", del documental que se estrenó en televisión. También haré un tema asturiano, que, como siempre hago, será 'Santa Bárbara', algo que llevo en mis raíces. Y, sí, seguramente haré algo con Jorge Pardo para dar paso a su cuarteto".

Isaac Turienzo, que está cerca de cumplir los treinta años de carrera, encuentra apasionante que el Festival de Jazz de Oviedo regrese al escenario del Campoamor: "Para mí es muy emocionante, ya que me recuerda mucho que hace casi treinta años tuve mi primera participación en el evento. Realmente es interesante esa vuelta del jazz al Campoamor, de donde nunca debió haber salido el festival".