Robert Redford cumple hoy 80 años. Como sucedió con su gran amigo Paul Newman, lo hace tras conseguir que su etiqueta de galán guapísimo de sonrisa cegadora quedara matizada por sus inquietudes creativas que le llevaron a colocarse tras las cámaras para mostrar un talento irregular pero exigente con películas como "Gente corriente". Y, además, luchó lo indecible para sacar adelante el Festival de Sundance, meca mundial del cine independiente. Aunque hace tiempo que no logra ningún éxito memorable ni como actor ni como director, y se dejó seducir por los cantos de sirena de la cirugía estética que le han dejado la cara un tanto inexpresiva (sin vencer la guerra a las arrugas ni a los efectos de su aireada vida en constante contacto con la Naturaleza), Redford trabaja con cuentagotas y no le hace ascos incluso a participar en películas infantiles como "Pedro y el dragón Elliot", que mañana se estrena en España.

"Durante la mayor parte de mi vida he intentado no encasillarme. Hubo un tiempo en el que realmente tuve una época dura cuando empecé a actuar en películas y, de repente, todo giraba en torno a mi apariencia. Me convertí en actor porque me sentí atraído por el oficio en el teatro de Nueva York, así que no estaba preparado para entrar en el cine y, de repente, ser juzgado por mi físico", dijo en un reciente encuentro con periodistas al que asistió la agencia "Efe". "Eso se convirtió en un problema y creo que finalmente lo superé sólo haciendo muchas películas de naturaleza muy diversa y, finalmente, comenzando a dirigir", rememoró Redford.

Nacido en la ciudad californiana de Santa Mónica el 18 de agosto de 1936, Redford destacó al principio por papeles de galán irresistible en "Descalzos por el parque" y "Propiedad condenada". "Dos hombres y un destino" (1969) y "El golpe" (1973), junto a Newman, le convirtieron en una estrella indiscutible, y "Tal como éramos" (1973) le aupó como actor perfecto para papeles románticos, lo que explica que fuera elegido para "El gran Gatsby".

"Nunca estuve en contra de la industria porque fui un producto de ella, me beneficié de ella y me abrí camino a través de ella. Simplemente llegué a un punto donde pensé que podía haber algo más, historias más diversas", reflexionó. "Cuando Hollywood empezó a estar más enfocado en donde estaba el dinero, como los éxitos de taquilla, las cintas infantiles y demás, dejó de hacer aquellas películas humanas que se hicieron en los años 60 y 70", opinó.

Redford comenzó a pensar qué podía hacer él para "mantener vivo" el espíritu de ese cine y eso le llevó, por ejemplo, a la creación en 1981 del Instituto Sundance, meca del cine independiente y refugio para las propuestas fílmicas más rompedoras. Además, saltó a la dirección en 1980 con "Gente corriente", que le daría el único "Oscar" de su carrera. Nunca lo consiguió como actor, aunque se lo hubiera merecido por su titánico trabajo en "Cuando todo está perdido", en la que era el único personaje: un náufrago en alta mar. Como realizador ha rodado otras obras de irregular calidad como "Quiz Show" (1994), "El hombre que susurraba a los caballos" (1998), "Leones por corderos" (2007) y la floja "Pacto de silencio" (2012), mientras que como actor amplió su paleta de tonalidades gracias a películas como "Todos los hombres del presidente" (1976) y "Memorias de África" (1985), formando un romántico tándem con Meryl Streep.

"Crecí ahí, al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando el aire era limpio, la gente era amable con todos porque estaban unidos por el esfuerzo bélico y había enormes extensiones de tierra entre Santa Mónica, Westwood y Beverly Hills. Entonces me fui de Los Ángeles y cuando regresé había cambiado y ya no era el lugar que había amado. Deseé irme de ahí", afirmó.

Del cine no se apea. Tras coprotagonizar el año pasado "La verdad" y "Un paseo por el bosque", Redford volverá a trabajar a las órdenes de David Lowery, el cineasta de "Pedro y el dragón Elliot", en "The old man and the gun". También se le podrá ver en "The Discovery", un filme de ciencia ficción que llegará en 2017 a Netflix y en el que compartirá escenas con Rooney Mara.