"Un Grande de España de gran corazón", así definía uno de sus amigos en una conocida red social a Su Alteza Serenísima el Príncipe Marco Hohenlohe Langenburg y Medina, XIX Duque de Medinaceli, fallecido en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla en la madrugada del pasado viernes.

El duque, de 54 años, que el 15 de septiembre cumpliría dos en posesión del título heredado de su abuela, Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, llevaba tres días en coma y arrastraba un delicado estado físico desde hacía algún tiempo. Marco puso apellido alemán a un ducado que durante 300 años estuvo en manos de los Fernández de Córdoba. En realidad, la vida le dio una segunda oportunidad en 1996 cuando, casi recién casado, tras un aparatoso accidente en la carretera que une Estepona y Marbella, logró salvarse de otro coma que le dejó importantes secuelas.

Entonces Marco era un joven aristócrata que disfrutaba de la época dorada de Marbella y que para nada pensaba en ser jefe de la casa ducal de la que descendía por rama materna. Ana Luisa de Medina, casada con Max Hohenlohe, hermano de Alfonso, el creador de la Marbella glamourosa, era la primogénita de la duquesa de Medinaceli, pero los títulos aún recaían con preferencia en los varones, hasta la ley promulgada en 2006. Lo lógico es que en este caso hubiera sido para los descendientes del duque de Feria, Rafael Medina, segundo de los vástagos de Mimi Fernández de Córdoba, y hermano de Ignacio Medina Fernández de Córdoba, actual duque de Segorbe, el pequeño de la casa.

Marco Hohenlohe, que se divorció en 2004 de la alemana Sandra Schmidt-Polex, perdió a su madre en 2012, meses antes del fallecimiento de la abuela Mimi, que le adoraba. Fue entonces cuando se trasladó a vivir a Sevilla. Educado en Suiza, aficionado al tenis y de cultura exquisita, nunca llegó a conectar con el ambiente del rancio abolengo hispalense, en cambio destilaba ilusión por convertirse en el padrino de la hija de Rubén Costas, su amigo y cómplice en los desayunos "en lo de Ca Diego", la terraza de la sevillana plaza de la Alfalfa, próxima a Pilatos, donde el duque desayunaba a diario. A esa "Arfarfa" se refería con cariño cada día, hasta el punto de que cada mañana sus amigos en Facebook esperaban ansiosos la crónica del desayuno. Allí leía su periódico favorito y hacía tertulia. Si Marco no aparecía puntual con su sombrero Panamá o gorra, según la época del año, los habituales de la plaza se preocupaban. Y eso ocurrió esta semana. Esta vez el ingreso hospitalario fue el definitivo. Flavia Hohenlohe, hermana de Marco, a la que estaba muy unido, igual que a su hermano Pablo, anunció el desenlace en su Facebook.

Marco Hohenlohe nació en Madrid en 1962 fruto del matrimonio entre la bella Ana Luisa de Medina, condesa de Ofalia y marquesa de Navahermosa, y el príncipe Maximiliano Emanuel María Alexander Vicot Bruno de la Santísima Trinidad y Todos los Santos zu Hohenlohe-Langenburg e Iturbe. En 1996 se casó con Sandra Schmidt-Polex, con quien tuvo dos hijos, Victoria Elizabeth, futura duquesa de Medinaceli, y Alexander Gonzalo.

Durante los últimos meses, Marco, historiador en la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, presidida por su tío Ignacio, había solicitado, tal y como aparecía en el BOE, la sucesión del condado de Ofalia y el marquesado de Navahermosa para sus hijos. Victoria, de 19 años, que será la XX Duquesa de Medinaceli, estudia en Madrid. Con 7 años se fue a vivir a Múnich con su madre, que está a punto de contraer segundas nupcias, y con su hermano menor.

La muerte de la duquesa de Medinaceli en agosto de 2013 abrió las especulaciones sobre la sucesión. Las dudas se disiparon cuando Marco Hohenlohe y Medina realizó la solicitud oficial. Rafael Medina, actual duque de Feria y primo hermano de Marco, confirmó en su día que Marco era el "heredero" natural y que sería "improbable" que él o cualquier otra persona de la familia lo solicitase. Ahora, la joven Victoria tiene en sus manos un legado con más de cincuenta títulos nobiliarios, algunos más antiguos que los de la Casa de Alba, once de ellos con grandeza de España y un patrimonio repartido por toda España.

Victoria, nacida en Málaga en 1997, es una joven discreta, aficionada a la hípica y muy española, según la definía su padre. "Mis hijos se consideran más españoles que alemanes. Tenía que haberles visto con las caras pintadas de rojo y amarillo en los partidos del Madrid contra el Bayern", declaraba el duque en una entrevista. La futura duquesa seguirá escribiendo la historia de este antiguo linaje castellano.