"¡Cómo nos seguís poniendo!", gritó una fanática de Manuel de la Calva y Ramón Arcusa desde la primera fila. Hacía pocos minutos que el concierto del "Dúo Dinámico" en Llanes había comenzado y el público ya estaba entregado, patas arriba. Las 6.000 personas de todas las edades (los más entrados en años coparon las primeras filas) que llenaron el recinto de La Galea para disfrutar con las canciones atemporales que la formación ofreció en el concierto organizado por el bando llanisco de La Guía se divirtieron como nunca. Manolo y Ramón, estrellas de la última edición del Festival Sonorama, no han perdido ni un ápice de su marcha y fuerza sobre el escenario. En Llanes se metieron en el bolsillo a un público que no paró de jalearles durante los más de noventa minutos de recital.

Aparecieron los dinámicos en el escenario con un nardo en la solapa, flor distintiva del bando de La Guía, y unas modernas americanas tornasoladas a juego con el tono negro de su atuendo. No había ni rastro de aquel "look" de antaño a base de chalecos y jerseys de punto.

El concierto comenzó pasadas las doce y media de la noche con artillería pesada. Nada más y nada menos que "Resistiré", quizás su canción más emblemática, para ganarse al público. La corearon todos los espectadores. Se ve que no pasa de moda. "El final del verano" fue la segunda, seguida de una canción que, tal como recordó Ramón Arcusa, "se canta todos los días en algún rincón del país". Hablamos de "Quince años tiene mi amor". La interacción con el público que tan bien funcionó durante todo el espectáculo no había hecho nada más que empezar. "Entre los dos sumamos más de siglo y medio", fue otro de los comentarios más aplaudidos antes de que interpretasen los éxitos que popularizaron a raíz de las películas que protagonizaron con estrellas de la época como, por ejemplo, Mari Sol.

La última parte del concierto arrancó con "La, la, la", la canción que compusieron para Joan Manuel Serrat y con la que Massiel ganó en el Royal Albert Hall de Londres el Festival de Eurovisión de 1968, momento icónico por antonomasia del desarrollismo franquista español. "Quisiera ser", uno de sus temazos de siempre, puso el punto final al espectáculo. Pero el público quería más. En los bises interpretaron "Amor misterioso" y volvieron a decir cantando, por si no había quedado suficientemente claro, que eran jóvenes. Acabaron con "El final del verano" y "Resistiré", antes de despedirse entre una cerrada ovación y el lanzamiento de flores. Había concluido un concierto en el que, gracias al bando de La Guía, Llanes vibró, cantó, bailó y disfrutó como hacía tiempo que no sucedía con un evento de estas características. Quedó claro que por el "Dúo Dinámico" no pasa el tiempo.