Mel Gibson no para. Tras presentar en el Festival Internacional de Cine de Venecia la película "Hacksaw Ridge" como director, hoy estrena en España "Blood father" ("Padre de sangre"), un thriller dirigido por el francés Jean François Richet y en el que también participan Erin Moriarty, Diego Luna y William H. Macy. Además, sueña con iniciar un proyecto en Florencia, que persigue desde hace años, a la vez que asegura que quiere "más desafíos" y no descarta la Alhambra de Granada para futuras producciones.

Gibson en "Blood father" interpreta a Link, un exconvicto con una hija, Lydia (Moriarty), de la que no sabe nada y que un día le llama para decirle que ha matado a su novio, un criminal, y que los amigos de éste la buscan para matarla.

Según el propio Gibson, la historia es violenta y muy americana en su contenido pero explicada desde un punto de vista europeo, el del director: "Hay elementos que no puedes evitar y que son americanos, pero están contados por una sensibilidad diferente, europea".

El actor considera que los europeos "tienen mejor ojo para las peculiaridades". Para dar este argumento se apoya en su propia experiencia vital, ya que nació en Estados Unidos pero se trasladó con su familia a Australia cuando tenía 12 años: "No entendí mi americanismo hasta que estuve en Australia y pude mirarlo desde fuera; es una perspectiva diferente".

Posteriormente, Gibson volvió a América lo que, según sus palabras, le permite ser aún más crítico porque "no eres ni de una (cultura) ni de la otra", afirma.

Para el director de "Blood father", lo esencial es amar los personajes y al país. "Yo amo América y también amo Francia. La diferencia en realidad son los actores, la relación que podemos tener con ellos, no es una cuestión de país. Se trata sólo de encontrar la historia adecuada", asegura Richet. Y él la encontró en esta relación entre el padre y la hija, un tema, que reconoce, ha sido "mil veces abordado en la historia del cine", pero que en esta ocasión le sedujo por lo bien escrito que estaba el guión de Peter Craig.

Sin embargo, a Gibson lo que le apasiona es la historia, como ya ha demostrado con sus películas como director, entre las que están "Braveheart" (1995), "The Passion of the Christ" ("La pasión de Cristo", 2004) o "Apocalypto" (2006). En ese sentido, aseguró ayer: "Quiero hacer una película sobre Europa, en Florencia, la escribí con un amigo mío hace mucho tiempo. Lleva esperando años a que podamos rodarla", explica Gibson, que cita otros lugares interesantes para ubicar alguna película, como la Alhambra de Granada, cuya historia le impresionó. "Es alucinante, estoy estudiándola, no sabía mucho sobre ella", explicó.