Otra vez con la naturaleza como fuente de inspiración, pero con su cara más tropical, la diseñadora asturiana Mónica Cordera atrapó ayer al público de la pasarela MFShow de Madrid con su colección "Colibria", un viaje exótico difícil de olvidar. Los tejidos naturales y ligeros dominan la propuesta, presentando a una mujer libre, femenina y delicada; al igual que el trabajo artesanal, que alcanza su máxima expresión en los bordados a mano, que convierten las prendas más sencillas en piezas de lujo. Los pantalones, anchos o acampanados, y los vestidos, largos y vaporosos, dominan la propuesta. Las cinturas se ajustan, incluso salen a descubierto, y, por primera vez, las espaldas se convierten en el punto fuerte de la colección. Los abrigos ligeros de manga francesa completan los looks para ese safari en el que no faltan los monos, los loros, las palmeras y las plumas, creadas a partir de trozos de tela de diferentes colores y estampados. Las rayas, los brocados con hilos de lúrex, las lazadas y las flores se apoderaron de la pasarela, cubierta completamente por hojas de palmera. El naranja, el verde, el azul, el beige y el blanco, salpicado con toques de negro, son los colores dominantes.

Al ritmo de la canción "Colibria", del músico francés Nicola Cruz, que le sirvió de inspiración para esta colección, Cordera subió a la pasarela diseños que volaban, que se movían al ritmo del agua de una cascada y que evocaban los colores de un paraíso de lo más apetecible.