"Rosetta", la sonda europea que ha revolucionado a la ciencia espacial, terminó ayer su increíble viaje y lo ha hecho tomando una última fotografía del cometa 67P, una instantánea que será histórica y que, como muchos aspectos de la misión, ha sido posible gracias a la tecnología española.

A 19 kilómetros sobre la roca, "Rosetta" ha desconectado sus propulsores y, atraída por la gravedad de 67P, ha descendido en caída libre sacando las mejores imágenes de la superficie de un cometa que se han hecho jamás.

Éstas, y las ya mundialmente famosas fotografías del cometa con forma de "patito de goma", han sido captadas por "Osiris", la cámara de "Rosetta", cuyos componentes han sido fabricados por dos empresas españolas: Airbus Defence and Space y Sener.

"Un triste final para la ahora famosa 'Rosetta', pero ha sido una misión genial y fascinante e increíblemente rica en datos", ha subrayado a "Efe" el CEO de Airbus Group, Tom Enders.

Airbus ha diseñado y fabricado el sistema de control térmico de las antenas de comunicación de "Rosetta", que han hecho posible que las comunicaciones con la Tierra no se vieran afectadas por la coma (cola de gases) del cometa, y de "Osiris", lo que ha protegido la cámara de las temperaturas extremas que ha tenido que soportar.

Sener, además, ha suministrado al proyecto la unidad electrónica de control de GIADA, el único instrumento de la misión dedicado al estudio del polvo, con sensores para medir la masa, velocidad, momento y flujo de las partículas emitidas por el cometa.

Para el director de espacio de Sener, Diego Rodríguez, formar parte del "proyecto Rosetta" ha sido "todo un orgullo".

"Desde el punto de vista científico, ha sido todo un éxito. Queda muchísimo trabajo por delante, muchos datos por interpretar de los que saldarán numerosos artículos científicos que supondrán años y años de trabajo", ha dicho a "Efe".

Pero, además, "Rosetta" ha sido una misión "muy popular. Ha hecho que la gente se interese por la ciencia y por el espacio".

Manuel Domínguez, jefe de proyecto en Alter Technology, no tiene duda: "Dicen que la NASA suele clasificar los proyectos espaciales en tres categorías: complejos, arriesgados e imposibles. Pues bien, 'Rosetta' era una misión imposible".

"Si alcanzar a un cuerpo celeste de topografía incierta a una velocidad de 55.000 km/h era un proyecto extremadamente desafiante, rediseñar la misión para que en lugar de al cometa Wirtanen se dirigiera a otro totalmente diferente, de morfología todavía más complicada, era técnicamente imposible". Y añade una explicación muy visible y entendible para los mortales: "Fue como si una vez embarcados en un avión con destino al Caribe, decidiéramos irnos de vacaciones a la Antártida".