De un lado, un elegante caballero británico, un genio con un talento natural para el pop. Del otro, un canadiense rabioso y contestatario que cuando suelta los demonios del rock no tiene freno. Pero aunque parezcan muy diferentes, Paul McCartney y Neil Young arrasaron juntos en el Desert Trip. Este festival que tiene lugar en la ciudad californiana de Indio, en el mismo recinto que el evento de música alternativa Coachella, celebró ayer su segunda jornada como una ocasión única en la historia para disfrutar de gigantes del rock clásico como Bob Dylan y "The Rolling Stones", que actuaron el viernes, y "The Who" y Roger Waters, que lo hicieron ayer. En la noche del desierto californiano se palpaba una gran expectación entre el público que abarrotaba el Empire Polo Club de Indio, y Paul McCartney rompió en pedazos ese silencio con "A hard day's night". Bromista y con muchas ganas de marcha, el primer tramo incluyó "Can't buy me love" y "Day Tripper", con la que McCartney prometió montar una fiesta "al estilo Liverpool". Al "exbeatle" le acompañó una banda abierta a mil posibilidades: al toque sexy de "Let me roll it", a rendir tributo a Jimi Hendrix con "Foxy Lady" o a desmelenarse con "I've got a feeling". También sonó "Here today". La fanfarria de "Being for the benefit of Mr. Kite!" sirvió de alfombra roja para que apareciera Neil Young. Luego Macca versionó "I wanna be your man", un single que Lennon y él escribieron para "The Rolling Stones" como devolución por la versión que Jagger y compañía hicieron el día anterior de "Come together".