La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entre cuadros y rayas anda el juego

El otoño se asienta y los estampados más clásicos y versátiles se apoderan de las prendas para sacarle una sonrisa al frío

Entre cuadros y rayas anda el juego

Si hay un dúo infalible en los estampados de otoño-invierno, con permiso de las flores, son los cuadros y las rayas. Pero aunque parezca que siempre están ahí, el peso de las innovadoras tendencias y las (a veces) equivocadas ganas de romper con lo clásico les obligan a mantener una lucha constante contra la peligrosa etiqueta de "anticuados". Pero esta temporada, los diseñadores y las grandes casas internacionales de textil demuestran que no hay nada más lejos de la realidad. Los cuadros y las rayas se apoderan de los armarios, de los escaparates de medio mundo y de los estilismos de las reinas del "street style". Y lo hacen con una versatilidad fuera de lo normal: combinando colores, tamaños, formas e incluso fusionándose en uno para dar un poco de alegría a los meses más fríos del año.

Vestidos midi con cuadros XL hasta los pies, camisas de cuadro medio que ponen la nota de color, looks informales monocolor, pantalones anchos de pinzas de raya diplomática que siguen siendo un acierto para los días laborables, y vestidos mini ultrafemeninos en los que los paillettes se amontonan creando líneas verticales, horizontales y oblicuas. Echando un solo vistazo a las propuestas de los que mueven los hilos de la moda, una se da cuenta de que es difícil escapar a este entramado de líneas y cruces. Chanel los utiliza en sus clásicos trajes de chaqueta; Gucci, en sus propuestas más "luxury sport"; Teresa Helbig, en vestidos de corte "lady"; Moisés Nieto, para las prendas más "calentitas"; Ailanto, para sus fluidos vestidos camiseros a media pierna; Isabel Marant, para sus chaquetas "oversize" y sus propuestas más rockeras, y Balmain, para convertirlos en los protagonistas absolutos de sus looks punk. Pero no son los únicos que se lo juegan todo a estas cartas. Como siempre, los imperios del "low cost" siguen las directrices de los grandes diseñadores y adaptan (o imitan sin mucho disimulo) sus diseños para el gran publico. Por eso, es imposible huir de las camisas amplias de cuadros, con el rojo y el negro como combinación estrella; de los pantalones deportivos de raya lateral vertical, que todas las "influencer" llevan desde hace meses y en los que muy pocas han conseguido no caer; de los pichis de raya diplomática combinados con camisas de inspiración masculina, y con la raya como estampado único, por supuesto; y de los complementos que mantienen los aires marineros, una apuesta que las propuestas del verano han confirmado como ganadora.

El abanico para llevarlas y combinarlas, como sus formas, es infinito. Pueden ir por separado, con prendas lisas y básicos de temporada, combinados con estampados de raíces que no tienen nada que ver con ellos, desde puntos, a estrellas o lunares; o mezclándose entre sí. Ya no hay normas escritas ni códigos de vestimenta inquebrantables. Las rayas verticales pueden ir con las horizontales; los cuadros de pata de gallo con otros de forma XL y aspecto mucho más sport, y rayas y cuadros pueden superponerse, fusionarse o incluso fundirse en una misma prenda.

La fórmula para no fallar está en los colores, intentando mantener una coherencia en la tonalidad cromática, o apostando siempre por fondos de tonos neutros que eviten estridencias innecesarias y poco afortunadas. Para las menos arriesgadas o temerosas de fallar, combinar una prenda "cuadrada" o "rayada" con otra lisa y monocolor, eso sí con "algo" que la haga diferente para que no resulte un look aburrido, siempre será una buena opción.

Compartir el artículo

stats