La película "Moulin Rouge", protagonizada por Nicole Kidman, y las escenas pintadas por Auguste Renoir han sido fundamentales a la hora de buscar inspiración para la escenografía de "Così fan tutte". Así definía el director de escena Joan Anton Rechi su propuesta para este título mozartiano, que será el tercero de esta temporada, y se estrenará el día 13 de noviembre en el teatro Campoamor de Oviedo. Será una nueva producción realizada por la Ópera de Oviedo, y por ello estos días previos se trabaja en el teatro contra reloj.

"He querido que toda la acción de la ópera transcurriese durante una sola noche porque así es mucho más creíble", afirma Rechi, que añade: "Quisimos aprovechar ese momento nocturno y distendido para recrear un cabaret como el de la película, con un cierto halo libertino, al que llegan Fiordiligi y Dorabella con sus respectivos prometidos, pero que una vez éstos desaparecen terminan casándose con dos turcos al final de una noche llena de locuras. Sería algo similar a esas parejas que se casan en Las Vegas medio en serio medio en broma".

Rechi quería darle a esta ópera de Mozart un tono circense, por lo que con Alfons Flores, el encargado de diseñar la escenografía, buscaron entre los cabarets parisinos un espacio en el que ambientar este título. Insiste el director de escena en que no busca un mero decorado, sino una escenografía que tenga una dramaturgia. "Hemos querido que el espacio donde sucede todo se transformase y evolucionase del mismo modo que ocurre con las relaciones afectivas de los protagonistas, que comience siendo todo muy romántico y se convierta en algo mucho más frío e industrial. Es como cuando estás en una discoteca a las doce de la noche y todo es estupendo, y después cuando encienden las luces de madrugada y te das cuenta que es un auténtico antro", dice. Y matiza que "también acompaña a este desarrollo el vestuario, porque en un principio quisimos que fuese más historicista, así que las chicas van más serias y los hombres llevan frac, pero todo va degenerando hacia ese mundo del show business, por el que las dos protagonistas se sienten atraídas".

Relata Anton Rechi que los ensayos con los solistas son muy enriquecedores en el sentido de que todos ellos se implican al máximo en la parte actoral. "No se trata sólo de grandes cantantes que han hecho esta ópera infinidad de veces en los mejores escenarios del mundo, sino que además hay mucha complicidad cuando les explico mis propuestas escénicas. Para mí es un privilegio tener un reparto con un nivel musical tan alto, y sobre todo que hayan entrado en el juego que les he propuesto a la hora de contar esta historia", puntualiza el director de escena.

Asimismo, los papeles de Don Alfonso y de Despina adquieren en esta producción un perfil distinto al de la obra, porque el primero será ahora el dueño del cabaret y Despina dejará de ser la criada de Fiordiligi y Dorabella para convertirse en una empleada más de ese cabaret. "No considero tontas a estas dos chicas, creo que son ellas las que realmente tienden la trampa a sus prometidos. Hay también otra cosa, y es que cuanto más prohibida está una relación con otra persona más morbo genera, por lo que creo que las dos muchachas deciden cometer una locura a sabiendas de toda la verdad. Cuando se cambian las dos parejas, estoy convencido de que ellas son plenamente conscientes de lo que está ocurriendo y aceptan el juego oliéndose un poco lo que está pasando. Si tu novio se va y vuelve disfrazado de turco, ¿no le vas a reconocer? ¡Claro que sí!", sentencia Rechi, que admite que después de haber trabajado junto a algunos de los grandes directores de escena actuales, como Willy Decker o Robert Carsen, y en especial Calixto Bieito, con quien más estrechamente ha trabajado, lo más difícil es encontrar un estilo propio y diferenciador de ellos. "Todos te influyen, y he aprendido muchas cosas. Carsen presta mucha atención al aspecto estético de la obra, Decker trabaja mucho el movimiento del coro es el escenario y Bieito se centra en generar muchísima energía, pero no quiero que mi trabajo sea una copia del suyo", concluye Rechi.