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CARMEN POSADAS | Escritora, el próximo viernes presenta en el Club Prensa Asturiana su novela "La hija de Cayetana"

"La vida social española se ha 'chonizado' bastante"

"Cuando llegamos a Madrid en 1965, lo primero que hizo mi padre fue llevarnos a Asturias, de donde procede nuestra familia; siempre tuvo mucho cariño a esta tierra"

"La vida social española se ha 'chonizado' bastante"

Carmen Posadas Mañé, (Montevideo, Uruguay, 1953), escritora, hija de diplomático y descendiente de asturianos, se define como una persona solitaria que sólo sirve para escribir. Se parece poco a Cayetana de Silva, la duquesa de Alba, musa de Goya, famosa en su época, loca por brillar en sociedad y protagonista de su última novela, "La hija de Cayetana", que presentará el próximo viernes, a las 20.00 horas, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. En 1998 Posadas ganó el premio "Planeta" y en 2003 la revista "Newsweek" la señaló como una de las autoras más relevantes de su generación.

-El grabado de Goya que representa a la duquesa con María de la Luz, perteneciente al Álbum de Sanlúcar, le abrió el camino a una historia surrealista en la España del siglo XVIII.

-Conocí el cuadro en casa de un amigo coleccionista. Sabía que era un Goya e imaginaba que la escena era fruto de la imaginación del pintor. Una amiga me contó que la duquesa había adoptado a una niña negra, que sale en otros cuadros.

-Una duquesa que prohíja a una niña negra en la España de finales del XVII, aquello tuvo que ser un auténtico bombazo.

-A la madre de la niña se la arrebataron. Su destino natural era la esclavitud. Los esclavos en España estaban considerados artículos de lujo. Los llenaban de encajes y volantes para lucirlos. A los niños los regalaban para servir de exóticos adornos en las grandes casas. A esta niña Cayetana la quiso tanto como para adoptarla y dejarle parte de su herencia.

-¿Qué pasó con la niña a la muerte de Cayetana?

-De la niña se sabe muy poco. La Casa de Alba me ha permitido consultar su archivo y en el testamento María de la Luz figura como heredera. El dinero llegó a sus manos. Me contó cosas una experta del Museo del Prado. Cayetana la llevaba a todas partes y la vestía de Manola, siguiendo la tendencia castiza, contrapuesta a la moda afrancesada que seguía un sector de la aristocracia.

-Los escandalazos de aquella Cayetana que posaba desnuda para Goya no se merecerían ni un titular en estos tiempos.

-La sociedad española del siglo XVIII era mucho más abierta que la actual. La libertad sexual de las mujeres era notoria, claro, habló de una élite. En el mundo de la duquesa de Alba estaba aceptado que las mujeres tuviesen amantes.

-Tal vez las mujeres de hoy no tengan tiempo ni fuerzas para aventuras?

-El síndrome de la superwoman planea sobre nosotras. Nos ocupamos de nuestros hijos mucho más que antes y todo eso es agotador. Detecto un regreso a los roles más "mujeriles".

-¿En qué lo nota?

-Por ejemplo, vuelve la tendencia a amamantar a los niños hasta los 2 años. Algo absurdo. Las madres tienen que coser el disfraz de Halloween y hacer tartas para llevarlas al colegio.

-Cuesta imaginarla haciendo galletas a sus nietos.

-Tengo cinco y ejerzo de abuela, pero procuro no consentirlos. A mi suegra la hubiera matado si me hubiera hecho eso. No soy para nada una abuela "enrollada". Me horroriza esa figura.

-Entonces ni le pregunto por esas madres "enrolladas" que directamente se suben al tobogán y enredan con la plastilina.

-La sociedad actual ha perdido fondos y formas. Todas estas cuestiones no aguantan un mínimo análisis. Los padres deben educar y guiar a los hijos.

-Llegó a España en 1965, pasó temporadas fuera, pero nunca más se ha ido, ¿No siente la tentación de cruzar el charco?

-Me fui de España tras mi primera boda y al separarme volví. Luego me casé con otro español (Mariano Rubio, el que fuera gobernador del Banco de España), siempre me caso con españoles. Mi hija es esposa de un uruguayo, así que ahora tengo más motivos para viajar a mi país natal, del que no reniego. España es un lugar extraordinario con una altísima calidad de vida. Para vivir igual en Londres o en Nueva York tienes que ser archimillonaria.

-¿Y no echa de menos un poco más de glamour?

-La vida social española se ha "chonizado" bastante. Me parece terrible que Paquirrín sea el gran personaje que acapara portadas. Aunque en el resto del mundo también pasa. Fíjese en Estados Unidos y las famosas Kardashian.

-Ahora tienen a Trump para completar el circo. ¿Se lo imagina en la Casa Blanca?

-Me preocupa que después de las tropelías que ha cometido este señor sólo esté a unos cuantos puntos de Hillary. El peligro es ese voto vergonzante que no dice la verdad pero que al final da la sorpresa en las urnas y siempre se decanta por el candidato más nefasto. Espero que se imponga el sentido común.

-¿Le gusta Hillary?

-No me gusta nada. Me encantaría que me atrajera pero no es el caso. No es simpática y tiene muy poca credibilidad, su actuación como secretaría de Estado está en entredicho.

-¿Nunca le ha tentado la política o ser diplomática como su padre?

-Ser diplomática nunca se me ocurrió. No me hubiera importado, soy muy nómada.

-¿Escribe por auténtica vocación?

-Es mi verdadera vocación, no sirvo para nada más.

-¿Mariano Rubio, su marido, veía bien su faceta literaria?

-Sí. No era como la mayor parte de los hombres de su edad, que quieren que les atiendas sólo a ellos. Era muy generoso.

-¿Se le trató injustamente?

-Es una pena que no se pusieran las cosas en su lugar.

-¿Era más divertido aquel Madrid de finales de los años ochenta?

-Madrid sigue siendo alegre, pero todo es más banal.

-Desciende de asturianos, ¿le gusta la región?

-Me encanta. Los Posadas somos de origen asturiano, no sé mucho de la historia de la familia, pero mi padre siempre tuvo mucho cariño a esta tierra. Cuando vinimos a España, lo primero que hizo fue llevarnos a todos a conocerla.

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