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Un vestuario de puntadas mágicas

La prestigiosa diseñadora Mercè Paloma, que se estrena en la Ópera de Oviedo con la obra "Così fan tutte" de Mozart, afirma que "lo que lleva encima un actor cuenta cosas"

Un vestuario de puntadas mágicas

Por su mente ha pasado la difícil tarea de vestir a los personajes más importantes de la historia del arte, tanto para el cine, como para el teatro y la ópera. Y, gracias a su habilidad para crear, Mercé Paloma lleva desde los 20 años bocetando su particular visión de esos personajes a través del vestuario. La figurinista catalana, una de las más reconocidas del sector, se estrena en la Ópera de Oviedo cogiendo las riendas de la dirección de vestuario de "Così fan tutte", de Wolfgang Amadeus Mozart, que llegará al teatro Campoamor el próximo domingo 13 de noviembre. "Joan Antón Rechi (director de escena de este título) me propuso crear un 'Così' en Oviedo tomando la magia como punto de partida. Y me encantó la idea. Además, tenía muchas ganas de trabajar en esta casa", asegura mientras da las últimas indicaciones al equipo de sastrería del teatro ovetense.

No es la primera vez que se enfrenta a esta pieza. "La había hecho hace muchos años con Calixto Bieito, en la Welsh National Opera". Pero en esta producción la historia da un giro especial. "Todo comienza con unas chicas que van con su novio a cenar y a ver un show. Pero se verán involucradas en el espectáculo y eso les cambiará la visión de las cosas y les hará hacer lo que jamás imaginarían que harían". Transformando el Campoamor en una carpa de circo o en un cabaret de principios del siglo XX, esta historia hará que los protagonistas se teletransporten a un mundo de dorados, lentejuelas (algunas compradas en Alemania), plumas y terciopelos. "Es un vestuario muy rico, con mucho color. Es muy impactante ver cómo empieza la historia y cómo acaba. Busca envolver al espectador en ese ambiente mágico". Como fuentes de inspiración, además de su extensa consulta a libros, museos e imágenes, y la línea que le marcan los propios tejidos, destaca la figura de la bailarina española Carmen Tórtola de Valencia. "Su aire oriental, los tejidos de su vestuario, las siluetas? me encanta".

Es una gran defensora de su oficio. "Lo que lleva encima un actor cuenta cosas. La vestimenta es clave para hacerte creer una historia, y por eso exige que detrás de ella haya un gran trabajo de investigación y de desarrollo meticuloso. El vestuario tiene que ser verdad, aunque esté hablando de la cosa más rocambolesca que te imagines". Cuando empezó, "hace muchos años", dice riendo, "los figurines los hacían los directores de escena". Pero ella fue una de las primeras en cambiar esta regla. "Estaba estudiando Historia del Arte y Diseño de Moda, y me encargaron el vestuario del grupo de teatro de la facultad. Dibujé los figurines y ya no paré nunca".

Nominada a los premios Goya por el vestuario de películas como "A los que aman" y "Pa Negre", y ganadora del premio Gaudí al mejor vestuario en dos ocasiones, en 2011 por la cinta de Agustí Villaronga, y en 2015 por "Stella cadente"; Paloma sigue tomándose cada proyecto nuevo "como un reto, una hoja en blanco", a pesar de llevar varias décadas en el sector. "Es un mérito, imagino, ¿no? (risas). Me encanta mi trabajo y, aunque intento sacar días para ver a mi hijo, me entrego totalmente a él. Creo que eso puede tener algo que ver para que siga aquí".

Y es que es plenamente consciente de que llegar hasta donde está ella no es nada fácil. "Hay figurinistas españoles buenísimos, pero muchos están trabajando fuera. Ésa es la triste realidad. Algo estamos haciendo mal".

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