Después de un período "difícil" y un largo silencio discográfico, Jean-Michel Jarre parece haberse sumido en un momento de gran ebullición creativa que acaba de llevarle a cerrar la trilogía del influyente álbum "Oxygene" (1977), "no por fama o por dinero", sino como resultado de "una adicción".

"Soy artista. Para mí es como una droga. Ni siquiera lo hago por placer, sino porque es parte de mí y creo que esa obsesión me acerca cada vez más al disco perfecto para mí", afirma el músico francés en una charla con "Efe" tras la salida al mercado de su último trabajo.

Este "Oxygene 3" (Sony Music) llega casi 20 años después de la segunda parte de la serie, "Oxygene 7-13" (1997), y cerca del 40.º aniversario del seminal "Oxygène" (1977), con el que estableció las bases de la música electrónica.

"Aquello me proporcionaba un marco muy concreto sobre el que trabajar. Lo que he intentado hacer esta vez es un nuevo acercamiento a ese enfoque minimalista y orgánico, completando el disco en sólo seis semanas con no más de ocho elementos al mismo tiempo", afirma este músico, que con este disco evolucionó la escena en los 70.