"La vida de pastor es mucho más difícil y sacrificada que la de actor". Lo dice el intérprete Mario Casas (La Coruña, 1986), que pasó el fin de semana perdido por los montes de Cabrales preparando su papel como alimañero en el filme "Bajo la piel de lobo", ópera prima del director noreñense Samu Fuentes. Recién bajado de la montaña, el "sex symbol" del cine español reveló sus primeras impresiones sobre el proyecto a LA NUEVA ESPAÑA.

-¿Qué le hizo decantarse por este proyecto de un director novel?

-Principalmente, el guión que escribe Samu (Fuentes). Me llegó este verano y en cuanto lo leí me pareció un caramelo, una historia preciosa de la que me enamoré. Llevaba casi un año sin grabar, las películas que se estrenaron estos últimos meses se habían rodado en años anteriores, y tenía ganas de esperar por una película que me enamorara como ésta y que me permitiera construir un personaje distinto a los que llevo haciendo en estos últimos años.

-¿Cómo fue su estancia en los Picos?

-Increíble. El viernes dormimos en una cabaña en Tordín, a la que accedimos tras una caminata de más de dos horas en la que aprovechamos para disfrutar del paisaje y seguir rastros. El sábado bajamos a Bierru a pasar el día con el pastor Manolo Mier y dormimos en un pajar. Mier nos enseñó cómo trampeaban en los años 30, que es donde se ambienta la película. También cosas como cortar leña, coger un tronco o seguir a un animal.

-¿Qué tal se duerme en la tenada?

-Pues muy bien. Pensé que iba a tener más frío, pero la verdad es que hacía tiempo que no dormía tan profundo.

-¿Está siendo duro preparar el papel de Martinón, el alimañero al que interpreta?

-No, aunque es un papel muy físico. Tengo que ganar peso para estar fuerte porque la gente de campo es muy fornida. Era necesario que tanto Samu, desde la dirección, como yo, como actor, viniéramos para estar documentados, porque el audiovisual es de ficción pero tiene elementos de documental. Queríamos ver cómo se mueve, reflejar esa mirada limpia que tienen los pastores sin maldad ni doble cara y que cuando Manolo vea la película se sienta orgulloso e identificado. Antes de empezar a rodar pasaremos un tiempo con un alimañero en Huesca para ver cómo prepara las pieles.

-¿Qué fue lo que más le sorprendió de los pastores asturianos?

-Cuando llegamos me quedé impactado porque la noche antes le habían matado al pastor tres ovejas, de las que ya no quedaban nada más que huesos y pieles. Son personas que viven sin televisión, en un espacio muy reducido, pero que son felices con sus animales, que están en el monte por elección propia y no quieren bajar de allí. Me sorprendió que fueran felices con tan poco y vivan sin esa carga que al ser humano le provoca la sociedad en el día a día muchas veces. Son superhéroes que se desviven por la naturaleza, que no tienen dobles caras.

-¿Cuando le acosan los paparazzi sueña con perderse en una montaña como su personaje Martinón?

-Un retiro espiritual así sería interesante. Vivir tres meses con un pastor nos cambiaría para bien la manera de ver las cosas, el corazón.

-¿Cuál es el calendario de rodaje? ¿Van a filmar parte de la película en Asturias?

-Samu ha rodado unas escenas ya este otoño. El rodaje con los actores empieza en febrero y durará unas seis semanas. La mayoría se grabará en Huesca, pero si todo sale bien las últimas dos semanas serán en Asturias, quizás por el Occidente. La región tiene paisajes increíbles. Y la zona de Cabrales no la conocía, pero el guía que nos acompañó, Rubén Carbajal, se comprometió a enseñarme el Oriente, así que queda pendiente volver. Me lo pasé muy bien en este miniviaje, me hubiese gustado quedar más tiempo.

-¿Hay "feeling" con el director, el asturiano Samu Fuentes?

-Sí, hay "feeling". Me pareció bonito que los dos empezáramos juntos la historia viniendo a Asturias para la adaptación, eso nos ha hecho conectar bastante desde el primer minuto. Ambos tenemos ganas de trabajar, de hacerlo lo mejor posible y dejarnos la vida en ello. Creo que luego vamos a tener una muy buena relación, porque amamos la historia y somos los dos muy tranquilos.

-¿Y con los compañeros?

-Todavía no nos hemos juntado. A Clara Segura ya la conocía y con Laia Costa coincidí en el rodaje de "Palmeras en la nieve", donde hacía una pequeña intervención. El elenco es reducido, en realidad es una historia de tres y confío en que nos vamos a llevar bien.

-¿Qué proyectos tiene a la vista?

-Pues de momento estoy con la promoción de la película "Contratiempo", un thriller que se estrena el próximo 6 de enero, y completamente volcado en la preparación de esta película, "Bajo la piel de lobo".

-¿Qué papel le queda por interpretar?

-No tengo ninguna espina clavada. El de Martinón, por ejemplo, me ha permitido trabajar en muchas cosas que no conocía. Los actores tenemos suerte de vivir este tipo de cosas, de crear personajes y ser aprendices de todo y maestros de nada.

-¿Cómo se lleva lo de ser el "sex symbol" del cine español?

-Yo no me veo así. Al final soy un actor y me ha tocado hacer una serie de papeles, que quizá fueran para un público muy femenino, de los que estoy muy orgulloso. Pero también he hecho otros personajes que no tienen nada que ver con eso. Lo que pasa que a los medios les gusta etiquetar.