Un domingo como hecho de encargo, despejado y con temperaturas impropias de un invierno avanzado, culminó con el cielo encendido por un atardecer imponente que tiñó de un intenso rojo el firmamento a orillas del Cantábrico. Esta estación poco invernal, demasiado anticiclónica para las costumbres de Asturias, se enriqueció ayer con una espectacular puesta de sol muy visible sobre todo en las zonas próximas al litoral.

El efecto habitual del cambio de color del cielo por la dispersión de la luz del sol en el momento del ocaso subió la tonalidad hasta el rojizo vivo, acentuando el fenómeno por la presencia de polvo en suspensión en la atmósfera y la humedad del aire, con valores en el entorno del noventa por ciento en Gijón.

Los cielos despejados y las temperaturas suaves prolongarán en los próximos días este invierno atípico al que le quedan ya solamente cuatro semanas. El pronóstico de hoy vuelve a situar las temperaturas máximas en los alrededores de los quince grados y algunas mínimas levemente más bajas, alcanzando los dos grados en las principales localidades del Principado. Predominarán de nuevo, según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología, los cielos poco nubosos o despejados sin apenas probabilidad de lluvia. Es la tendencia que también marca la predicción para los próximos días, al menos hasta que el jueves se incremente la nubosidad, se generen lluvias débiles e incluso descienda la cota de nieve hasta el entorno de los 1.500 metros.

Arrancan así los coletazos finales de un invierno que también tuvo su cuota de frío intenso en una ola de origen siberiano en torno a la mitad de enero, pero que abrió el año con un primer mes catalogado por los servicios meteorológicos como "muy frío y seco".