Descubrir la relación íntima entre la vida y la obra de Picasso a través de su primera mujer, Olga Khokhlova, es el objetivo de la primera exposición dedicada en París a la bailarina de origen ruso en el centenario del primer encuentro de la pareja.

Más de 350 obras cubren un periodo de casi veinte años, desde que conoció al artista en 1917 en Roma hasta su separación definitiva en 1935, en una muestra presentada en el Museo Picasso de París. Representada con frecuencia como una persona melancólica y triste por el pintor malagueño, la exposición revela la tragedia de la familia Khokhlova, con estrechos vínculos con la Rusia Imperial durante la revolución bolchevique, gracias a cartas y fotografías inéditas. También se "pone en evidencia" la distancia entre la modelo y la imagen que Picasso plasma de ella en su obra gracias a unos vídeos caseros que muestran a una Olga extrovertida y sonriente.