La matinal del Concurso y Muestra de Folclore "Ciudad de Oviedo", celebrada en el teatro Filarmónica, estuvo cargada de acontecimientos. En el apartado "Hoy nos visita", sección que el concurso organizado por el Ayuntamiento y LA NUEVA ESPAÑA impulsó esta temporada para que los campeones de tonada repasen su experiencia en el certamen, se evocó la figura de María Sánchez Blanco, la Pastorina del Cares, coincidiendo con el aniversario de su muerte.

La cantante ganó el "Ciudad de Oviedo" en 2004. Ayer fue recordada por su hermana Cristina Sánchez Blanco, que habló de su personalidad y de cómo comenzó a cantar: "A los 13 o 14 años ya cantaba en las fiestas", dijo a LA NUEVA ESPAÑA. También contó la anécdota de que la primera vez que se subió a un escenario lo hizo de espaldas, y que su primer concurso fue en Rioturbio, donde la bautizaron como la Pastorina del Cares. Por cierto, con el paso del tiempo ganó todos los certámenes importantes de Asturias, menos el de Nueva, en el que quedó varias veces segunda. Contó Cristina Sánchez Blanco que esto de la canción siempre se respiró en el ambiente familiar, de escuchar en casa a su padre cantar por el Presi o Juanín de Mieres, aunque a María Sánchez Blanco también le gustaban mucho Socorro Noriega y Mari Luz Cristóbal.

Fue un momento emotivo de la matinal de ayer, tercera jornada semifinal, para recordar a una de las figuras contemporáneas de la canción asturiana. En el mismo apartado estuvo el campeón cántabro Álvaro Fernández Conde, que hizo "doblete", ya que posteriormente actuó también como concursante.

Otro distintivo de la jornada fue el grupo de baile "Peña Ubiña", de Babia, que deslumbró con sus trajes. La formación viene de San Emiliano y, a pesar de su juventud (se formó hace dos años), está haciendo una sólida labor de investigación y recuperación de danzas y canciones de la zona. María José González, su directora artística, comenzó a gestar la formación en 2010, con unas clases de txano y jota en las que rescató a informantes de "80 o 90 años". A partir de ahí comenzó la labor de formación del grupo y su nombre empezó a sonar mucho. Deslumbraron con canciones, bailes y trajes (la directora artística llevaba uno de su bisabuela), en un repertorio compuesto por "La jota de las cuatro rositas", "Txano de la Braña" y la "Jota de Peña Ubiña", creada para que todos los miembros del grupo puedan participar en la danza.

Esta parte de los bailes se completó en el apartado de competición con la actuación de la pareja formada por Estela García y Arsenio Ruiz, que tiene en sus filas a un clásico del tambor, Manolo Durán. La pareja dejó su sello y cuidada puesta en escena.

La competición, a estas alturas, da un nivel alto en la mayoría de intérpretes, sea en las tres modalidades de tonada (hombres, mujeres y juvenil), gaiteros o monologuistas. En esta última modalidad intervino ayer Carlos Alba, que hizo un par de piezas con los hombres casaderos (o no) como argumento. Para iniciar la última pieza, "El famosu Ramiro", se metió un buen lingotazo de vino. El público lo despidió con una larga ovación.