Con una agilidad sorprendente para sus 86 años, Clint Eastwood subió ayer al escenario de la sala Debussy del Palacio de Festivales de Cannes ante una atronadora ovación de los espectadores que le esperaban en pie para que presentara la proyección restaurada de "Sin perdón". Con media sonrisa, el cineasta afirmó que ni siquiera se había dado cuenta de que su película cumplía su 25.º aniversario. "Parece que fue hace cinco años", aseguró sobre una película que ayer se proyectó remasterizada en 4K y que se ha convertido en uno de los grandes clásicos del cine. "Cuando leí el guión, creía que era el mejor wéstern que iba a poder rodar, y lo fue. Nunca después volví a hacer otro. Pero quién sabe si en futuro cercano lo haré".