Michael Haneke considera que no se puede describir la sociedad en la actualidad sin hablar de las redes sociales y por eso las utiliza en "Happy End", un filme con el que se arriesga en la forma para analizar el autismo de la sociedad actual y con el que no convenció en el festival de Cannes.

"Estamos inundados por informaciones que nos dejan sordos y ciegos porque tenemos la ilusión de estar informados, pero en realidad no sabemos nada", afirmó Haneke en la presentación de su filme, con el que compite por la que sería su tercera "Palma de Oro". A sus 75 años, Haneke no quiere dar la espalda a la realidad y comienza y acaba con imágenes grabadas por un teléfono móvil y destinadas a las redes sociales. "Happy End", agregó, "es sobre nuestra forma de vida, nuestro autismo". Un retrato de los problemas de la sociedad actual que escribió rápidamente después de pasar dos años tratando de poner en marcha otro proyecto que finalmente no salió adelante. Y eso se nota en un guión y una historia menos redonda que muchos de sus filmes, pero que está rodada de forma impecable y que cuenta con destellos brillantes.

El ictus sufrido el martes por la periodista, que la mantiene ingresada desde entonces, sólo le ha afectado a la visión y no a la movilidad ni al habla. Así lo explicó su hija Terelu Campus, quien ha detallado que, "cuando se tapa un ojo, ve; si se tapa el otro, también ve; sólo en la visión con ambos pierde la focalidad, ve doble o triple y no puede caminar así", pero ha negado que le haya afectado "ni a la movilidad ni al habla".