Las Vegas, Nueva York, Marruecos, Puerto Rico y ahora también Gijón. La barcelonesa Sonia Folk lleva más de una década siguiendo a Ricky Martin allá donde va. No en vano, es la presidenta del club de fans "Juntos por un sentimiento". En el fondo de pantalla de su móvil, una foto dando un beso al artista, en Puerto Rico, una vez que le conoció en persona. "Es como el marido que no tengo", sentencia.

Folk es una de las casi 8.000 personas que en la noche de ayer se dieron cita con Ricky Martin en la plaza de la Laboral en un concierto que marcó el inicio del verano musical gijonés. A las 22.30 horas, todos los móviles se encendieron para inmortalizar el momento. Ricky Martin saltaba al escenario en medio de una gran expectación, pidiendo palmas y derrochando energía, junto a un gran grupo de baile, situado en la parte alta de un plató de varias alturas.

El concierto comenzó con temas en inglés como "Mr. Put it down" y "Shake your Bon-Bon". Con los primeros acordes de la conocidísima "Adrenalina", el público se vino arriba y ya no dejó de bailar hasta el final, cuando sonaron los hits más actuales del puertorriqueño, como "La mordidita" o "Vente pa' ca" junto con éxitos atemporales como "María" o "The cup of life". No mentía el caribeño cuando dijo al público gijonés: "Vamos a pasárnoslo bien, a bailar y a sudar". Y así fue.

Pero el día para sus seguidores había comenzado mucho antes. A la cabeza de la cola para acceder a la Laboral estaba Giovanna Vecillas, quien se apostó junto a la puerta a las 08.30 horas, doce horas antes de que se abriera el acceso, soportando la insistente lluvia con la que amaneció la ciudad. "Claro que merece la pena", respondía rotunda. Junto a ella, la siciliana María Mannino. "Aprendí español con las canciones de Ricky Martin", rememoraba. ¿Y si se pone a llover? "Nos ponemos la capucha del chubasquero y seguimos bailando, si él aguanta, nosotras aguantamos", enfatizaban sin dudarlo.

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Los fans de Ricky Martin hacen cola para su concierto en Gijón

Unos metros más atrás, la corverana Sandra Sastre calentaba motores para el concierto junto a sus amigas, cantando algunas de las canciones más conocidas. "El día que salieron las entradas a la venta, ahí estaba yo enchufada a la página web, fui de las primeras en conseguirla", contaba orgullosa. "Hoy dejamos a los hombres en casa y venimos a pasarlo bien, cantar y sobre todo bailar mucho". De hecho, una de sus acompañantes "fue hoy a comprar unos playeros sólo para el concierto", explicaban entre risas. "Va mejorando con los años, como los vinos de buena barrica, tanto en lo musical como en lo físico", bromeaban.

Uno de los grupos más heterogéneos lo formaban Encarnita Roza junto a su nieta y multitud de amigas, pancartas en mano, con las caras pintadas con la bandera puertorriqueña, todo preparado para el espectáculo. "Yo bailé con Ricky Martin en Benidorm en 1999", presumía Roza, "por eso vengo al concierto con mi nieta, para rememorar viejos tiempos".

Y es que si algo caracteriza a Ricky Martin es su evolución musical. "Al principio era más baladista, luego más movido y ahora más comercial, más parecido al reguetón", opinaba Jonathan Rodríguez, quien elige "Disparo al corazón" como su canción favorita del amplio repertorio del caribeño. Precisamente, parte de ese repertorio aparecía en las pancartas de Mercedes Sandoval, Valeria Miño, Lorena García y Analía Vega. "De Ricky Martin nos gusta todo, hasta sus hijos, que son guapísimos", aseguraban las fans, provenientes de Sudamérica. Y luego bailaron como locas.

Ricky Martin desata la locura en Gijón

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