La fusión de gaita, violín, guitarra y bajo es el nuevo experimento de Carlos Casado, el músico asturiano que dio a conocer la gaita en Nueva York entre instrumentistas de culturas diversas y que ya sorprendió en su día a la escena con el grupo de folk "Fuxida". Con él, en el quinteto de "Fuxida", formaba el japonés Tatsuo Teraoka, que le acompañó a Asturias hace una par de años para dejar una muestra de esas combinaciones musicales en vivo en una sesión en L´Esperteyu de Oviedo.
Casado regresa ahora con un nuevo proyecto, también ideado en Nueva York, bajo el nombre de "Slum Suit", que es un efecto musical ampliado de "Fuxida". En esta ocasión se trata de un sexteto con la mezcla de culturas que propicia el hecho de que los componentes del grupo se hayan conocido en la Gran Manzana y que provengan de países tan distintos musicalmente hablando como Brasil, Turquía y Japón, además de los españoles.
El resultado de "Slum Suit" es la fusión absoluta, con sonidos folkis, jazz y de otros movimientos de los países citados, con la gaita como "maestra de ceremonias musical", digamos que mandando en cada pieza.
El grupo acaba de publicar su álbum debut, bautizado con el mismo nombre ("Slum suit"). Es un álbum en formato EP que incluye cinco piezas en las que se reparte claramente la miscelánea sonora señalada líneas atrás. También alguna mirada gloriosa con la adaptación del celebrado "Blowing in the wind", de Bob Dylan, pieza muy versioneada pero seguramente sin una gaita asturiana de por medio (aunque Toli Morilla ya asturianizó en su día el repertorio dylaniano).
El disco tendrá una presentación de lujo el próximo jueves, día 15, ya que Carlos Casado (gaita), Ian Ruas (guitarra brasileño), Muammer Aryar (guitarrista de Turquía), Jordi Nus (violinista catalán), Ryo Miyachi (bajista de Japón) y Quim Castelló (percusionista catalán), el sexteto que forma "Slum Suit", estará respaldado por la Orquesta Filarmónica de Nueva York. Será en una sesión en el barrio de Queens.
"Slum suit" es un paso más en la carrera de este asturiano que tiene en su haber el ser primero en formar una banda de gaitas en Nueva York. En realidad, Casado, natural de Oviedo y que además toca el saxo, lo que ha hecho es poner la gaita asturiana como valor añadido para la conexión musical entre países ya que, como contó en 2015, todo el mundo le preguntaba por la gaita.
Y de esa curiosidad de su entorno neoyorquino nacieron estos dos proyectos que consolidan esa expansión de la gaita asturiana entre músicas de estilos dispares pero dejando el regusto tradicional.
