A pesar de su éxito mundial, el "Despacito" de Luis Fonsi y Daddy Yankee perdió el honor en los premios MTV Video Music Awards a ser la mejor canción del verano -con el remix interpretado por Fonsi, Daddy Yankee y Justin Bieber- ante "XO Tour Llif3", del rapero Lil Uzi Vert. Después de romper el récord de reproducciones en Youtube -actualmente el vídeo ronda los 3.500 millones de visitas-, su ausencia en el resto de categorías produjo gran controversia en las redes sociales.

Más allá de la polémica, otro rapero, Kendrick Lamar triunfó en el Forum de Los Ángeles con cinco estatuillas, incluyendo el galardón al mejor clip del año por "HUMBLE". El cantante abrió la ceremonia incendiando literalmente el escenario al introducir en llamas a uno de sus bailarines. En el último momento, el británico Ed Sheeran le arrebató el premio al mejor artista del año, que por una vez no hizo distinción entre hombres y mujeres en categorías distintas.

Como maestra de ceremonias, Katy Perry no se mordió la lengua al criticar a Donald Trump. Taylor Swift estrenó su último single vengativo "Look What You Made Me Do", y Lorde no cantó su tema "Homemade Dynamite" por gripe y bailó durante todo el "playback". Pink recibió de la mano de Ellen DeGeneres el premio "Michael Jackson" como reconocimiento a su carrera.

En una gala reivindicativa, la tragedia de Charlottesville estuvo muy presente. Paris Jackson cargó contra los "capullos nazis y supremacistas blancos" y Susan Bro, la madre de una joven antifascista asesinada por un neonazi, puso la nota emotiva.