El 65.º Festival de Cine de San Sebastián, que empieza hoy, será recordado por ser el primero en el que, en sus secciones cinematográficas, se aceptaron series y películas de televisión; el arrastre de los nuevos tiempos al que no se han resistido, sino todo lo contrario.

"El Festival responde a lo que está pasando en el mundo de lo audiovisual", asegura su director, José Luis Rebordinos, para quien el futuro inmediato del cine ya se expresa de formas "muy variadas", tanto de producción como en plataformas y formas de exhibición.

"Hay películas que, probablemente, si no fuera por el apoyo de las plataformas, no existirían, así que bienvenido sea Netflix", opina.

Es el caso de "Fe de etarras", primer filme en el Zinemaldia producido íntegramente por Netflix con distribución por internet, y de Movistar+ detrás de las series "La peste", de Alberto Rodríguez, y "Vergüenza", de Juan Cabestany, que competirá íntegra en Zabaltegi.

Pero las estrellas, de momento, siguen viniendo del cine. El Festival ha apostado este año por el glamour demostrado con los imbatibles Ricardo Darín y Monica Bellucci recogiendo sus premios "Donostia", junto a la octogenaria Agnes Varda y el apreciado Antonio Banderas, que recogerá su Premio Nacional de Cinematografía.

Con ellos, rostros más añosos, como Glenn Close, Arnold Schwarzeneger o el presidente del jurado, John Malkovich, y bajando la media (de edad), la sueca Alicia Vikander y los hermanos Franco, James y Dave.