La música clásica será protagonista mañana en el teatro Jovellanos de Gijón con un concierto de viola a cargo de Isabel Villanueva (Pamplona 1988), en el que presentará "Boheme", su último disco, y estará acompañada del pianista François Dumont. En su repertorio del concierto de mañana sonarán temas como "Soliloque et Forlane", de Reynaldo Hahn, "Romance oubliée" de Franz Liszt o "Allegreto" de Cesar Frank. Villanueva, pese a su juventud, ya cuenta con la experiencia de haber estado en el Auditorio Nacional de Madrid, el "Festival Pablo Casals" de Prades (Francia), el "Bath Music Festival" (Reimo Unido), el "LegeArtis Festival" (Austria), el "Festival Lavaux Classic" (Suiza), en el "Royal Court Theatre" de Copenhagen (Dinamarca), o en el "Wigmore Hall" de Londres.
- ¿Por qué eligió la viola?
-Antes de la viola me gustaba la guitarra, que era mi instrumento desde los cinco años, y soñaba con ser guitarrista. Descubrí la viola porque para matricularme en el Conservatorio no tenía plazas de guitarra libres, hice una prueba para descubrir más instrumentos, y tuve un shock con el sonido de la cuerda grave de la viola, que me impresionó y me convenció.
- ¿Qué se necesita para que llegue a más público?
-Más visibilidad, con más conciertos y más programación. Y que los concertistas le demos más divulgación, porque la viola le puede gustar no solo los amantes de la música clásica, sino a todos los que aprecian la música.
- ¿A qué suena su último trabajo "Bohémes"?
-A toda la época bohemia parisina, a todo ese ambiente que había también en otras especialidades como la pintura, con Monet o Picasso. Está inspirado en la cultura francesa y tiene un toque exótico importante.
- ¿Qué papel juega el pianista François Dumont?
-Es una parte fundamental, no hace solo de mero acompañamiento. El color y la estructura que da tocar con François hace que en este dúo haya un tú a tú del piano a la viola, y se encuentre un equilibrio muy especial.
- También homenajea a figuras como Hahn o Liszt, ¿cómo le han marcado?
-Las he ido descubriendo, porque no son conocidas. Hahn es conocido para la música lírica, para voz, con canciones preciosas. Y Liszt es sobretodo para piano, con piezas preciosas que son dignas de conocer.
- ¿Qué se necesita para potenciar más la música en el ámbito educacional entre los más jóvenes?
-Afrontar unos objetivos e ideas claras en primer lugar. Hay que dar otro enfoque más cercano, con mucha pasión e ilusión, que no sea algo puramente teórico, con cosas aburridas y caducas de flauta como se puede hacer en los colegios. La música clásica es siempre música, porque engloba la romántica, barroca o la contemporánea. Hay que hacer ver a jóvenes y adultos que la música tiene el objetivo de transmitir emociones y sentimientos, sea del estilo que sea.
- Ha estado actuando ya en países como Francia, Suiza, Reino Unido o Líbano, ¿dónde le gustaría poder actuar ahora para cumplir sus sueño de la infancia?
-El sueño de cualquier músico clásico es tocar en la Filarmónica de Berlín, como solista, en Viena o en la BBC Prom de Londres. Son circunstancias puntuales que a cualquier ale gustaría.
- Recibió en 2015 el reconocimiento de la "Marca España", ¿Qué supuso para usted?
-Valoro mucho un reconocimiento importante por parte de mi país. Espero que pueda servir para dar ejemplo en la música y en otras disciplinas. Más que un premio a un reconocimiento es un valor que se da al trabajo bien hecho y a perseguir un sueño.
- ¿Cree que se les reconoce lo suficiente en este país la labor que hacen los artistas o falta más implicación en todos los ámbitos para que se les valore?
-Está claro que en España los músicos lo tienen más difícil que en otros países. Sin embargo es cierto que los músicos de fuera que vienen aquí se les mira de otra forma distinta. Aún existe el mito de que lo de fuera es mejor que lo de dentro, y es algo que se debería cambiar. Estoy en desacuerdo con esta idea de que lo de fuera es mejor. El consuelo de todo esto es que los promotores españoles están haciendo cada vez más un esfuerzo por potenciar y apoyar por los músicos españoles, pero aún queda por hacer mucho trabajo. Y además hay que crear la cultura entre los promotores musicales de que quieran programar conciertos de instrumentos como la viola.
