Oviedo, L. M. A.

Asturias mantiene despejado su firmamento Michelin para 2018. Aunque las estrellas no crecen en un año en que los franceses no se han portado tan cicateramente con los restaurantes españoles como acostumbran, tampoco se apagan. Nacho Manzano conserva las dos en Casa Marcial, el restaurante de La Salgar (Parres), y su hermana Esther, retiene la suya en La Salgar (Gijón). Lo mismo ocurre con el resto: Marcos y Pedro Morán, en Casa Gerardo (Prendes, Carreño); José Antonio Campo Viejo, en El Corral del Indianu (Arriondas, Parres); Gonzalo Pañeda, en Auga (Gijón); Isaac Loya, en el Real Balneario (Salinas, Castrillón); Ricardo Sotres, en El Retiro (Pancar, Llanes) y Jaime Uz, en Arbidel (Ribadesella). La noticia, que ha dejado de serlo por su reiteración, es que Oviedo, sigue siendo una de las capitales de provincia de España marginadas por la Guía Roja.

El gran triunfador de la gala celebrada anoche en Tenerife fue indiscutiblemente el chef andaluz Ángel León que, además, de irrumpir en lo más alto de la constelación con Aponiente (El Puerto de Santa María) consigue una primera estrella en Alevante, su restaurante del Hotel Melia Sancti Petri, de Chiclana de la Frontera, Cádiz. El de León ha sido probablemente el despegue más vertiginoso que se recuerda. Junto a él, alcanza la tercera estrella de la guía francesa Jordi Cruz, de ABaC, restaurante de Barcelona. En ambos casos, sin negar la fuerza innovadora de León y su cocina del mar, cualquiera tendría derecho a sospechar de la influencia televisiva en la ascensión meteórica de los dos chefs, muy mediáticos. Aponiente y ABaC se unen a los nueve que ya figuraban en lo más alto: Arzak, Akelarre, Martín Berasategui, Azurmendi, Celler de Can Roca, Sant Pau, Quique Dacosta Restaurante, DiverXO y Lasarte. Los triestrellados ya son once y superan por primera vez en la historia la decena, una cifra que puede parecer generosa o modesta depende con la del país que se compare. Habitualmente se suele decir que resulta insuficiente para los méritos y la evolución que ha experimentado la cocina nacional en las últimas décadas desde que Ferran Adrià se decidiese a pilotar el cambio a mediados de los noventa del siglo pasado.

En la concurrida gala del Hotel Abama, donde se presentó la publicación de España y Portugal, se anunciaron también cuatro nuevos dos estrellas. Entre ellos Disfrutar, de Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas, todos discípulos de Adrià, y Dos Cielos, de los hermanos Torres, en ambos casos de Barcelona. Los restaurantes de una estrella que entran a formar parte del elenco Michelin son en esta ocasión diecisiete, con Cataluña y la Comunidad Valenciana a la cabeza con tres incorporaciones, cada una de ellas. Esta vez, en el computo general, no se produjeron supresiones. Sí, sin embargo, en la categoría Bib Gourmand que selecciona los comedores con buena relación precio calidad, con 43 altas y 35 bajas.