Boquiabiertos. Así se quedaron en el hotel Ritz de Madrid los asistentes anoche a la entrega de los premios de periodismo Francisco Cerecedo al ver llegar a la reina Letizia con un espectacular vestido de volantes y tirantes en blanco y negro, sin medias y presumiendo del bronceado adquirido en su reciente visita a México. Un estilismo abiertamente juvenil y bastante corto inspirado en los años 20 con volantes blancos con pedrería y tirantes gruesos fusionados con una banda en el escote. El martes, la Reina presidió la reunión del Consejo del Real Patronato sobre Discapacidad. Su estilismo fue, lógicamente, mucho más sobrio que el lucido en la gala de ayer y rescató del armario el diseño de Felipe Varela que estrenó el pasado Día de la Hispanidad: un conjunto de chaqueta entallada y falda de vuelo que recuerda al estilo parisino de los años 50. Y el lunes, durante la recepción en el Palacio Real al presidente de Palestina, Mahmoud Abbas, optó por una falda plisada de color azul marino estampada con flores en tonos crudos y firmada por una de sus firmas de cabecera, Hugo Boss.