"Señoras y señores, si ustedes mañana [por hoy] vienen aquí a verme, a mí y a toda la compañía, van a tener una gran noticia: los equipos asturianos van a subir a Primera porque tengo unos poderes muy futbolísticos. Manejo el balón muy bien, de hecho estoy todo el rato con una esfera, pues mañana [por hoy] sacaré un balón". Así de mágico y encantador se mostró ayer a mediodía el legendario Merlín, el mago bueno encarnado por la mejor cara y la mejor voz de Javier Gurruchaga.

-My name is Merlín. Ahora vamos a tomar un cafetito.

El músico, cantante, actor, "showman" estuvo ayer en el Centro Niemeyer porque esta tarde tiene tarea: a las 16.30 y a las 19.00 horas sale al escenario del complejo cultural para ser el protagonista de "Merlín, la leyenda", un musical producido por Josep Tomàs Chàfer que inicia en Avilés su gira nacional.

Gurruchaga, ataviado con una larga melena gris perla, atendió a LA NUEVA ESPAÑA en la plaza abierta a los hombres y mujeres de todo el mundo. "Hola, soy Merlín, he traído el agua", insistió cuando llegó al punto de encuentro con el periódico, bajo la cornisa del edificio de administración, a cubierto de la lluvia. "¡Qué bonito el huevo duro!", observó nítidamente, con los ojos puestos en el auditorio, un escenario que conoció hace no demasiado cuando se presentó al frente del elenco de "Pluto", la comedia musical de Aristófanes que presentó en Avilés la directora Magüi Mira.

Sin embargo, la última vez que Gurruchaga estuvo en Avilés fue durante el pasado Antroxu. "¿Has visto? ¿Qué anillitos, qué todo?", preguntó al periodista mostrándole sus manos, sus uñas largas, sus anillos de ilusionista. "No tengo nada que ver con Trump", recalcó. En febrero, el actual presidente de los Estados Unidos acababa de llegar al poder y Gurruchaga quiso lanzarle todas sus invectivas a través del rock: Avilés fue su plataforma de lanzamiento. "El otro día estuve en Vitoria poniéndome la peluca de Trump: ahora tengo un muñeco al que le doy de hostias, como hizo con el periodista", señaló.

Posó para la fotógrafa del periódico con la profesionalidad que trae consigo décadas experiencia. "Me pongo donde tú me digas". Eso fue antes de explicar que "tenía una tía, que era de Luarca, la tía Silvina Menéndez. Siempre lo digo, me hace gracia: vengo a mi segunda tierra", señaló ya sentado en la terraza de la cafetería del Niemeyer. Además, no olvidó a Marco Rasa, que es el pianista de la "Orquesta Mondragón": "Es de Gijón".

Pero la llegada de Gurruchaga a Avilés tiene una única explicación: el musical "Merlín, la leyenda". "Me propusieron este montaje unos amigos del mundo del teatro de Valencia que eran seguidores míos, a los que les gustaba mucho cómo trataba determinadas historias. Precisamente, me conocían casi más por lo que he hecho con Pixar-Disney: doblar 'Buscando a Nemo', de 'Tiana y el sapo'. De ahí surgió todo. Estuve a punto de hacer este Merlín hace veinticinco años. Así que me reencontré con el mago", explicó. Y ese reencuentro de rock dará cuenta esta tarde. Lo del derbi queda para más adelante.