"Un vestido con volantes de tul plumeti con cristales bordados de color blanco y tirantes de terciopelo de color negro". Es la descripción del modelo con el que la Reina Letizia no dejó a nadie indiferente, días atrás, en la entrega del premio de periodismo "Francisco Cerecedo" en Madrid, a la que acudió bien cogida del brazo de su esposo, el Rey Felipe VI, una ayuda inestimable dada la altura de sus finísimos tacones.

Tan comentado (para bien y para mal) vestido está firmado por Teresa Helbig, empresa catalana detrás de la que están las dos Teresas que le dan nombre, madre e hija, aunque ésta última (54 años) es la cara más visible de la marca y la que ha cogido las riendas en un oficio que aprendió de su progenitora.

La firma es fiel a su máxima de no hablar de sus clientas, así que públicamente no han dicho ni mu sobre la polémica en torno al traje de la Reina de España, muy criticada por enseñar demasiada pierna y elegir un modelo poco acorde a su estatus y al acto al que acudía. A su favor, algo que nadie ha negado: lucía guapísima y estupenda con un vestido que los especialistas en moda definen como "a lo Gatsby".

A buen seguro que en el elitista taller ubicado en el Eixample (o Ensanche) de Barcelona -para una visita es imprescindible reservar de antemano- no están nada disgustados. Todo lo contrario: la cuestión es que hablen de uno y, en el competitivo mundo de la moda, con más motivo para no dejar de estar en el candelero.

Pero bien es cierto que a Teresa Helbig y a su madre no les hacen mucha falta polémicas para vender sus cotizados diseños, únicos y confeccionados a mano hasta el último detalle, con gran predicamento entre las mujeres elegantes y modernas, según los especialistas en moda, lo que ha convertido la marca en una de las más consolidadas y con más proyección de España.

En el "atelier" del Ensanche vive y trabaja Teresa Helbig, que se crio entre las agujas y dedales de su madre, de la que aprendió el oficio después de haber trabajado en el diseño de escaparates. En los reportajes que se han escrito sobre la discreta catalana -no muchos y escasos en datos personales- se habla de que llegó a la moda por casualidad: cuando sus clientas empezaron a pedirle que les hiciera los vestidos que ella llevaba.

Dio el paso y supera ya los 20 años en el mundo de la moda. Su madre -a la que llaman "la jefaza"- no es la única de la familia que forma parte de la empresa, cuyas finanzas están al cargo de su marido, Chema Paré. Éste fue jugador de balonmano, militó en las filas del Barcelona durante una época en la que, según las crónicas, compartió por cierto algo de amistad con el cuñado de la Reina Iñaki Urdangarín. Helbig y Paré tienen una hija en común, Zinash, adoptada en 2013 en Etiopía y que acaba de cumplir 4 años. La diseñadora también sumó a la pareja un hijo que supera ya la veintena de una relación anterior.

Meses atrás Teresa Helbig accedió a posar con Zinash para un reportaje sobre adopción en España que realizó la revista "Yo Donna". En el mismo se recogía que no es difícil encontrarse a la pequeña entre telas en el taller o durante los desfiles de su madre, a buen seguro encantada de que la niña aprenda el oficio y, por qué no, pueda convertirse en la tercera generación de la familia al frente de la marca Helbig.

El traje "Gatsby" que lució la Reina es de una colección antigua, de hace ocho años. Quién sabe quién puso ahora la vista en el diseño, y cuándo y cómo llegó a palacio. Pero no ha sido Letizia la primera en lucirlo, aunque sí es la que más ha llamado la atención.

Porque si fuera poco el impacto que ha tenido la elección de la monarca, de 45 años, todavía lo fue más cuando trascendió que el mismo modelo (o casi idéntico) lo llevó Ivana Baquero al presentar la exitosa película "El laberinto del fauno" en Cannes en 2007. La actriz tenía entonces 12 años.